28 mar. 2024

En primera persona

En un nuevo episodio del pódcast En Primera Persona, Justina Ruiz Díaz cuenta su largo camino: De empleada doméstica de pequeña, a emprendedora y sobreviviente del cáncer de mamas. Hoy confecciona pelucas para pacientes oncológicos.
Justina trabajó desde pequeña como empleada doméstica, con el tiempo abrió su propio negocio y hoy tiene a su cargo siete colaboradores. Sobrevivió al cáncer de mamas y actualmente crea pelucas para pacientes oncológicos.
La comunicadora creó un espacio informativo con enfoque en temas exclusivamente positivos. Realizó diversos voluntariados y comentó sobre su faceta como artista. Recordó que nunca es tarde para cumplir los sueños.
Joaquín Alcorta, ganador de MasterChef de Telefuturo en 2019, nació en Córdoba, pero adoptó nuestra tierra como su segundo hogar. Cuando su padre falleció, decidió volver a Paraguay a echar raíces y a meterse de lleno en la cocina.
De casi vender su instrumento a estar peleando el Grammy con el grupo Tierra Adentro, el baterista Beto Barrios desde muy joven se llenó de música. Ahora también busca la valoración y el respeto para sus colegas.
Marcelo Medina es técnico especialista en colocación y mantenimiento de portones a control desde hace 23 años. Hace siete años una enfermedad neurológica lo dejó en silla de ruedas, pero no sin las ganas de salir adelante.
Don Tito, más conocido en redes sociales como “El señor de las sábanas”, se ganó el cariño de la gente por su lucha diaria contra el cáncer. Confecciona sábanas y ropas. Las ventas le permiten costear el tratamiento de la enfermedad.
Descendiente de un colono inglés, aunque no reconocido. Al quedar huérfano vino a Asunción. Aprendió desde muy chico a defenderse solo en el mundo adulto. Hoy, solo una afección en la vista pudo sacarle de su pasión: Ser taxista.
Delio Caballero (78) cayó en las adicciones a los 30 años y le costó su matrimonio. Hace 40 años tocó fondo y decidió vivir sobrio. Fundó una organización para ayudar a jóvenes y adultos a alejarse de las drogas y del alcohol.
Raúl Benítez Netto debió cursar un año más para recibirse de ingeniero en Praga. Nunca se rindió, aprendió, trabajó en Europa y decidió regresar a sus raíces y enseñar todo lo aprendido a los más jóvenes.