Hace una semana se produjo un hecho triste. Un niño de 9 años se quitó la vida, aparentemente, tratando de imitar al protagonista de un videojuego. El personaje se suicida y luego de unos minutos vuelve a vivir. Al menos así explicaron los efectivos policiales. Muchos padres de familia acusaron al equipo electrónico de ser el principal culpable. Qué fácil, ¿no? Culpar a un aparato de la falta de atención de muchos progenitores. No digo que los padres de este niño tuvieron la culpa, porque pudieron existir un montón de factores, pero la excusa simplista de muchas personas marca la pauta de lo poco que saben acerca del mundo de los videojuegos. Con argumentos así recuerdo a mi madre y a madres de mis vecinos diciendo: “Ese jueguito que no te enseña nada útil”, “Solo perdés el tiempo. Nunca te va a dar de comer”.
Julio 25, 2013 12:00 a. m.
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