El Estado necesita recaudar y Hacienda puso en marcha su ingeniería impositiva para ver la forma de generar más recursos a base de tributos (¿por qué no ahorrar en jugosos salarios públicos?). Por tal motivo, pensó en modificar el IVA y se analiza elevar la tasa del 5% al 10% a todos los productos alcanzados por este gravamen, en los que figuran alquileres, artículos farmacéuticos y productos agropecuarios.
Pero lo más preocupante sería la intención de establecer un impuesto a las telecomunicaciones, bajo la figura del impuesto selectivo al consumo (ISC). Germán Rojas, ministro de Hacienda, descartó que se incluya el servicio de internet, pero indicó que se podría gravar la telefonía móvil (llamadas y mensajes). Explicó que Paraguay es casi el único país que no está aplicando este tributo (ISC a las telefónicas) y que se trata de un sector que está abriendo espacio para que ese impuesto sea aplicado.
Analistas, clientes y representantes de las operadoras rechazan esta posibilidad porque saben que un impuesto indirecto como este, recaerá nuevamente en el usuario, que deberá pagar más por hacer llamadas y enviar mensajes. Además, ¿son las telecomunicaciones hoy día un artículo de lujo o ya se convirtieron en una necesidad básica? Ese es el debate que impone, más aún en Paraguay, en donde la penetración de internet aún ni se aproxima al 50% de la población. Los smartphones activos son poco más de 1.300.000 y se tienen cerca de 200.000 usuarios de televisión pagada. Estos serían los productos y servicios a los que accede la clase más pudiente, y los números siguen siendo demasiado bajos.
Y, por el otro lado, la teledensidad (líneas de celulares activas) sobrepasa el 100%. Es decir, hay más celulares que habitantes y los artefactos son mayoritariamente de gama económica, no teléfonos inteligentes.
Así, se puede ver que la brecha entre la clase menos pudiente y la más privilegiada es enorme. Un impuesto al servicio de telefonía móvil solo afectará a los más pobres, que muchas veces necesitan celular para trabajar, y no solo para estar comunicados. Los que tienen internet (servicio que además no tributará) no se verán muy tocados, porque los smartphones ya tienen conectividad. Con una tableta (que teóricamente no pagará ISC) se podrá enviar mensajes y hacer llamadas.
Hacienda necesita pensar mejor su estrategia para llenar ese agujero financiero que tiene y no solo pensar en la salida más rápida que es tocar el bolsillo de los que ya son contribuyentes. Se podría ahorrar mucho (muchísimo) dinero, no dilapidándolo en funcionarios innecesarios, apadrinados por favores políticos, aumentando los controles a la evasión fiscal y al contrabando.
Es cierto, las telefónicas ganan mucho dinero y los servicios son malos. Un gravamen más solo será excusa para que las prestaciones empeoren. Se debe ver un impuesto directo a las operadoras, que además de recaudar para el Estado, permita mejorar la calidad de los servicios.