17 dic. 2025

Cuando lo bueno no es positivo

Generación milenio - miguel-benitez@uhora.com.py

Hace un mes, una persona en estado etílico, con un lenguaje vulgar y despectivo consiguió más apoyo (mediático y económico), que el joven ingeniero paraguayo Víctor Cartes (de la firma Tiva), que representará al país en Irlanda en la cumbre tecnológica más importante de Europa, o que el estudiante compatriota David Riveros García, que fue llamado por el mismísimo Banco Mundial para liderar un panel en Estados Unidos sobre la lucha contra la corrupción. No daré el nombre de esa estrella del momento creada por las redes sociales y apuntalada por los medios. Solo la utilizo como ejemplo para demostrar que, lastimosamente, Paraguay sigue teniendo un pésimo gusto a la hora de crear símbolos.

Es triste (pero no es nada sorprendente), que las cuestiones poco productivas consigan patrocinios y auspicios en tiempo récord, pero las cosas buenas, intelectuales, fructíferas, y que pondrán al país en el mapa, tengan que mendigar para lograr espacios y, ni que decir, espónsores. Se continúa dando visibilidad a lo más pobre de nuestra cultura, a lo más básico de nuestra sociedad porque, según aseguran los entendidos, este tipo de productos vende.

La empresa Creadores, formada por jóvenes desarrolladores, realizó un videojuego para el mismísimo canal estadounidense Nickelodeon. El estudiante David Molinas creó CaminosPY, un eficaz sistema para ayudar a las personas a saber qué buses tomar para llegar a destino, dentro del área metropolitana. Para conseguir los itinerarios de todos los buses, tuvo que recabar informaciones por más de un año.

Rick Lara es un máster en software recibido en el exterior, que viene desarrollando el sistema operativo paraguayo FenOS, para competir con los poderosos Windows y Linux. Pese a que vive aquí, ya tiene planeado abrir una oficina en la ciudad alemana de Munich, que será el centro de operaciones de su producto (por algo será). No llegué a ver muchas repercusiones de estos casos. Que las grandes empresas busquen el retorno rápido de las inversiones y quieran ganar dinero en el menor tiempo (y fácilmente) no es algo malo. Al fin de cuentas son negocios. Sin embargo, los medios tienen la obligación de educar a la población y es su responsabilidad discernir qué es productivo y qué no lo es.

Desde hace muchos años las empresas difunden erróneamente la idea de que a la ciudadanía le gusta consumir lo básico y amarillo (la comida chatarra), porque ese contenido vende. Entonces pues, ¿qué futuro nos espera?

Si le damos un mejor contenido a la gente, la población se acostumbrará a recibir mejores productos, a difundir buenos valores y a crear realmente una sociedad de progreso. Se debe erradicar la idea de que lo positivo no vende, de que lo bueno no es suficiente. Hay cientos de ejemplos. Los que mencioné son solamente la punta del iceberg de la fértil generación que se aproxima.