16 abr. 2024

crecimiento económico

La calificadora de riesgos Moody´s decidió mantener la calificación crediticia del Paraguay en Ba1 con perspectiva positiva, al cierre de la revisión anual 2023.
El Presupuesto General 2023 entregado por el Ejecutivo al Legislativo considera una coyuntura económica relativamente optimista ya que se proyecta un crecimiento del 4,5% y una inflación menor a un dígito. Sin embargo, en materia presupuestaria se proyecta un déficit público del 2,3% y un aumento de la deuda de 1.860 millones de dólares, siendo más de 400 millones a ser destinados a pagar compromisos anteriores. No se prevén cambios sustanciales en la estructura presupuestaria ni en la calidad del gasto, con lo cual el escenario no es auspicioso.
Se acercan las elecciones y empiezan las presiones por ganar votos a costa del erario público. Aumentos salariales, actualizaciones de jubilaciones y transferencias a municipalidades están en debate y en proyectos de ley. En un momento crítico como el que está pasando el país, tanto a nivel micro como macro, poner en riesgo el presupuesto con propuestas que benefician a una minoría no solo contribuirá a empeorar las condiciones económicas sino también el malestar social. El objetivo central de autoridades y políticos debe poner en primer lugar al país y al objetivo de salir de esta crisis múltiple garantizando resiliencia económica en lugar de profundizar los problemas.
La incertidumbre es probablemente la característica más importante de la economía en el presente semestre. La mayoría de las proyecciones a inicios de año señalaban un crecimiento nulo y, en algunos casos, un desempeño negativo. Si bien hay algunas señales positivas, no se espera un cambio relevante en la tendencia. El reciente informe del Gobierno norteamericano y la próxima publicación del informe de Gafilat agregan complejidad, por sus efectos en la percepción nacional e internacional sobre la seguridad jurídica en el país.
El marco regulatorio y de operación del sector eléctrico en nuestro país ha permanecido prácticamente sin cambios desde la creación de la ANDE y la firma de los Tratados de Itaipú y Yacyretá.
La calificadora internacional Moody’s comunicó su decisión de elevar la perspectiva económica de Paraguay de estable a positiva, luego de siete años. Sin embargo, menciona la necesidad de mejorar el gasto público y la prevención de lavado de dinero.
Los censos constituyen instrumentos fundamentales para la planificación de las políticas públicas. En Paraguay tienen un importante rol político y económico. Son el único instrumento que provee información comparable a nivel municipal, por lo que cada 10 años es posible contar con información rigurosa para conocer los territorios donde nacen, crecen, trabajan y se desarrollan las personas. Autoridades y ciudadanía deben tomar con responsabilidad el compromiso de apoyar el levantamiento de los datos este año.
La deuda pública sigue creciendo sin interrupción, poniendo en riesgo las finanzas públicas y, sobre todo, la capacidad del Estado de proveer servicios públicos. Cada vez mayores recursos se destinan al pago de los compromisos de la deuda, reduciendo la posibilidad de que los mismos se destinen a programas que beneficien de manera directa a la gente. En paralelo, la presión tributaria se mantiene y la microeconomía se deteriora, dando lugar a una combinación explosiva para el Estado en su rol de proveedor de servicios públicos básicos y para la mayoría de los hogares paraguayos que no cuentan con recursos suficientes para financiar esos servicios por la vía privada.
Más de una década de altos niveles de crecimiento económico no lograron cambiar la posición relativa de nuestro país en las estadísticas del desarrollo, aunque sí nos ubicaron como país de ingreso medio-alto. Paraguay está en un momento clave para discutir un nuevo modelo de crecimiento que contribuya mucho más al desarrollo. Pero ello requiere que políticos y autoridades económicas dejen el discurso simplista y cómodo y que la ciudadanía se comprometa con una participación activa y constructiva en la discusión.
Se debilita rápidamente la institucionalidad económica Hasta hace unos años se asumía como un valor la presencia de instituciones económicas fuertes que garantizaban una relativa estabilidad macroeconómica. Una gestión más profesionalizada, la menor influencia político-partidaria en las decisiones y mayor estabilidad de los ministros eran los argumentos que estaban en la mesa. En un país tan contaminado con el prebendarismo y la partidización, nuestro umbral era relativamente bajo, dado que en realidad siempre existieron sectores que lograban imponer intereses particulares frente a los objetivos nacionales o al bien común. Esta situación se está agravando a un ritmo que nos puede llevar muy rápidamente a un Estado fallido.
Una delegación de directores ejecutivos del Banco Mundial (BM) se encuentra de visita en el país con la intención de fortalecer vínculos con el país y apoyar crecimiento económico.
Hasta hace unos años se valoraba la presencia de instituciones económicamente fuertes, que garantizaban una relativa estabilidad macroeconómica. Una gestión más profesionalizada, la menor influencia político-partidaria y mayor estabilidad de los ministros eran los argumentos. En un país tan contaminado con el prebendarismo y la partidización, nuestro umbral era bajo, dado que siempre existieron sectores que imponían intereses particulares. La situación hoy se agrava a un ritmo que nos puede llevar muy rápidamente a un Estado fallido.
El martes pasado participé del Primer Congreso Paraguayo de Investigadores y Hacedores de Políticas Públicas, organizado por el Ministerio de Hacienda con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Un excelente evento que tuvo como participantes a economistas de primer nivel internacional, incluyendo a un reciente premio nobel.
La renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú ya se inició. Si bien el Gobierno busca mantener la tarifa en contra de una reducción como plantea Brasil, no demuestra la fuerza suficiente para garantizar un resultado satisfactorio para ambas partes. Al contrario, la información existente da señales sobre la prevalencia de los intereses brasileños, quienes se adelantaron con medidas difíciles de revertir, mas aún en un contexto de debilidad negociadora. Luego del momento crítico por el que pasó este Gobierno en 2019, sigue sin generar confianza en la ciudadanía y sin capacidad para implementar acciones y acordar medidas que beneficien al país.
La situación actual del aumento de los precios no responde a la tradicional teoría monetaria que ha seguido el país en los años recientes. La política monetaria con metas de inflación responde a la premisa de que es posible limitar la fluctuación del nivel de los precios a través del control de la cantidad de dinero. El contexto actual ubica las causas del aumento del índice de precios en varios factores difíciles de afectar a través de esta política por lo cual es necesario diseñar e implementar otras medidas acordes con la coyuntura pero también considerar el largo plazo como perspectiva.
La inflación está creciendo y carcome los bajos ingresos familiares. La tendencia ya venía de años atrás debido al abandono que se ha hecho de la agricultura familiar y el bajo esfuerzo en la necesaria transición energética. Con la llegada del Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y los eventos climáticos la situación se agravó, encontrando a Paraguay en una situación sumamente vulnerable a pesar de sus excelentes condiciones. Paraguay necesita valentía y profesionalismo de parte de sus autoridades económicas. Ojalá asuman el compromiso en este sentido.
La inflación, que ya viene dando señales negativas desde el año pasado, se extendió hasta este año. A esto se agrega la reciente estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) de un bajo nivel de crecimiento para el año 2022. Este contexto es altamente riesgoso, tanto en términos socioeconómicos por el retroceso que puede significar en los avances en la calidad de vida que se vieron en los últimos años, como en términos políticos por el malestar ciudadano y el conflicto que puede conllevar. Las autoridades económicas no pueden permanecer al margen de la situación.
En estos días de malas noticias, como la sequía, el incremento de los precios del combustible y el gigantesco piquete que paraliza al país, quiero resaltar un hecho que debe alegrarnos.
El año 2022 tendrá grandes desafíos en materia económica. Uno de los más importantes es la renegociación de Itaipú, tema fundamental para el desarrollo presente y futuro del país. Otros desafíos igual de importantes y estrechamente vinculados entre sí también se imponen, como el fortalecimiento de los sistemas de salud y protección social, la transformación educativa, una política de desarrollo productivo que impulse a las mipymes, a la agricultura familiar y un proceso de industrialización. Nada de esto será posible sin recursos y sin una acción decidida por el cambio en Paraguay. El año 2022 nos da la oportunidad de debatir y acordar objetivos de desarrollo que nos lleven a la transformación. Itaipú constituye un pilar para el cambio por los recursos económicos y la energía que provee. Su renegociación debe estar enmarcada en objetivos nacionales.
Las proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto para el año 2022 son alentadoras. El Banco Central y los organismos internacionales esperan un aumento de entre 3,7% y 4,0%. Este rango es auspicioso teniendo en cuenta que la población crece a un ritmo menor, por lo que tendremos un saldo positivo entre lo que el Paraguay produce y lo que requiere para aprovechar la ventana de oportunidad que abre el bono demográfico. Paraguay no debe conformarse más con el crecimiento del PIB. Fue insuficiente antes de la pandemia, la pandemia demostró cabalmente lo que hicimos mal y, por lo tanto, la pospandemia debe incluir una transformación estructural. El año 2022 nos invita a debatir y acordar una recuperación económica que beneficie a todos aprovechando que es, además, un año preelectoral.
Si bien aun no existen datos oficiales sobre el nivel de pobreza en 2021, existe un riesgo alto de aumento dado que la economía no ha logrado recuperarse a los niveles anteriores a la pandemia mientras que las políticas contra la pobreza no han verificado cambios sustanciales que permitan impactar en su reducción. Al contrario, algunas proyecciones indican que se registraría un importante incremento llegando al 29,2%, lo cual significa volver a niveles de 9 años atrás. Esta situación debe ser motivo de preocupación por parte de las autoridades ya que la economía está creciendo.
Desde el Ministerio de Hacienda dan números alentadores del crecimiento económico para el cierre de este año. No obstante, sigue la cautela por la pandemia y la situación climática.
Que el dinero no da la felicidad no es solo un refrán porque un estudio científico acaba de certificar que las sociedades donde el dinero juega un papel menos relevante tienen niveles de felicidad más altos.