28 abr. 2024

Chiquitunga, la mujer paraguaya que camina hacia la santidad

María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, es la primera mujer paraguaya elevada a los altares. La beata despierta devoción popular y camina firme hacia la santidad. Hoy se celebra su día.

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El retablo de Chiquitunga será exhibido en Villarrica la próxima semana.

Foto: Dardo Ramírez

Una emotiva y multitudinaria celebración religiosa celebrada el 23 de junio del 2018, en el estadio General Pablo Rojas, sirvió para que el cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregación de la Causa de los Santos, proclame oficialmente como beata a Chiquitunga.

Elementos únicos fueron parte de la histórica celebración religiosa en la que la primera mujer paraguaya fue declarada como beata. Un majestuoso retablo construido con 70.000 rosarios, aporte del artista Koki Ruiz, dio un brillo especial a la ceremonia.

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Aquella tarde, el desborde de emociones se sintió entre toda la feligresía presente, mientras otros miles de fieles católicos siguieron la beatificación a través de la televisión y las redes sociales. Unas 50.000 almas llegaron hasta la Nueva Olla, en Asunción.

Ovación y aplausos bajaban de las tribunas durante la previa al rito de beatificación. Canciones, bailes y alegorías permitían a los presentes dimensionar la magnitud del evento religioso del cual estaban por ser testigos. ¡Una beata es paraguaya!

<div>Maravillosa. Es la calificación de los fieles que asistieron a la beatificación. Esta imagen fue copiada de la foto que su papá le sacó antes de que Chiquitunga ingresara al convento.</div>

Maravillosa. Es la calificación de los fieles que asistieron a la beatificación. Esta imagen fue copiada de la foto que su papá le sacó antes de que Chiquitunga ingresara al convento.

Con el descubrimiento de una pintura gigante del sonriente rostro de Chiquitunga, situada en el altar principal, la Iglesia paraguaya celebró la beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado. Las campanas del país unieron sus cantos y un fuerte aplauso se mezcló entre las lágrimas de los fieles.

“Sea llamada Beata, de ahora en adelante, y que el 28 de abril, día de su nacimiento en el cielo, pueda ser celebrada cada año en los lugares y modos establecidos”, señala parte de la carta apostólica enviada por el papa Francisco con motivo de la beatificación.

Chiquitunga se adueñó, poco a poco, de la devoción popular del país y su camino hacia la santidad está cada vez más fuerte. Un segundo milagro de la beata es analizado por el Vaticano, con lo que muy pronto el Paraguay podría tener a su primera santa.

¿Quién fue Chiquitunga?

La carmelita nació en Villarrica el 12 de enero de 1925. A los 14 años se unió a la Acción Católica y trabajó ayudando a niños, jóvenes trabajadores, universitarios con problemas y, además, con los pobres, enfermos y ancianos, según el portal de ACI Prensa.

El 14 de agosto de 1955, a la edad de 30 años, respondió al llamado que Dios le hizo para ingresar a la vida contemplativa en el Carmelo de Asunción.

Las hermanas carmelitas descalzas recuerdan que en los cuatro años que Chiquitunga vivió entre ellas, se caracterizó por su gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad, según se recoge en varios testimonios.

María Felicia Guggiari Echeverría, más conocida como Chiquitunga, es recordada en su natal Villarrica como una mujer que llevó una vida de santidad desde su juventud. Su sencillez, entrega y amor hacia los demás quedaron impregnados en la mente de aquellos que la conocieron.

Chiquitunga fue declarada oficialmente sierva de Dios.

Chiquitunga fue declarada oficialmente sierva de Dios.

Mauro Collante

La hermana de la congregación Clarisas, María de Jesús, quien fue alumna de catequesis de Chiquitunga recuerda su sonrisa, sencillez y el amor hacia el prójimo.

Por su parte, Blanca Lila Mercedes Garcete, ahijada de María Felicia, asegura que la beata paraguaya siempre brilló por su amor hacia los más necesitados.

El legado de Chiquitunga permanece impregnado en aquellos que la conocieron. En Villarrica existe una hermandad llamada “Chiquitunga”, que busca imitar los pasos de la beata. Además, regalan y venden recuerdos para dar a conocer a la mujer que está a un paso de formar parte de los altares.

María Felicia murió a los 34 años, el 28 de abril de 1959, tras internarse en un hospital durante poco más de un mes debido a una hepatitis que contrajo.

Aseguran que sus últimas palabras fueron: “Papito querido, ¡qué feliz soy! ¡Qué grande es la religión católica! ¡Qué dicha el encuentro con mi Jesús! ¡Soy muy feliz!” y “Jesús, te amo. ¡Qué dulce encuentro! ¡Virgen María!”.

Una reliquia llena de misticismo

Tras la muerte de María Felicia, sus restos fueron enterrados en el cementerio de La Recoleta en Asunción y, luego de 50 años, trasladados hasta el campo santo del monasterio de las Carmelitas en la capital.

El sábado 24 de setiembre del 2011, la doctora Alba Núñez de Diez Pérez, especializada en clínica general, acude al Monasterio de las Carmelitas de Asunción tras ser convocada por las religiosas para colaborar en la limpieza de los restos. Sin embargo, lo que pareciera una rutina, terminó con un hallazgo inexplicable.

Según describió la doctora Núñez, entre el cráneo de Chiquitunga había algo muy llamativo, por lo que decidió extraerlo. Lo que en principio le parecía imposible, finalmente fue confirmado por un neurólogo. Se trataba de un cerebro, reducido en tamaños, pero con todas sus partes perfectamente conservadas.

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La doctora Alba Núñez de Diez Pérez nunca accedió a conversar con los medios de comunicación sobre su experiencia. Última Hora logró recopilar su testimonio durante una charla sobre la beata realizada en el salón La Isabela, de Asunción, el martes 22 de mayo del 2018.

El neurocirujano Elio Marín Sanabria formó parte de una comisión de especialistas que analizaron el cerebro encontrado entre los restos de María Felicia. Marín Sanabria destaca que, según la tanatología (conocimientos científicos relacionados con la muerte), la primera parte en desaparecer o degradarse es el cerebro, por lo que el hallazgo fue sorprendente.

En marzo del 2018, una comisión de especialistas del Vaticano sometió la reliquia a una exhaustiva revisión para su conservación a futuro. Los expertos italianos realizaron una limpieza de bacterias para asegurar su preservación.

El cerebro petrificado y la urna con los restos de Chiquitunga están visibles, desde el 2015, en el mausoleo ubicado en el Convento de las Carmelitas Descalzas, situado en el barrio Carmelitas de Asunción.

Festividad de la beata

La festividad de Chiquitunga congrega a cientos de personas cada año. Sin embargo, en este 2020, las medidas de distanciamiento social por el avance del coronavirus obligan a que los medios de participación de los fieles sean las redes sociales.

Las misas del novenario se realizan desde las 19.00 y la Eucaristía central se realizará en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas, Asunción, pero a puertas cerradas.

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Los fieles podrán seguir la transmisión por medio de las redes sociales y en el perfil Chiquitunga del Paraguay. Este año se conmemora el 61° aniversario de la muerte de la beata Chiquitunga.

La beatificación es una declaración oficial por parte del Papa de la ejemplaridad cristiana de la vida de una persona, con la que se autoriza su culto en la Iglesia Católica en determinados actos o lugares. Este es un paso antes de la santidad.

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