“Quizá su perfil medio derechoso vaya con Trump”, ironizó Celeste Amarilla, al aludir a las afinidades ideológicas que podrían surgir en el contexto político norteamericano para que Gustavo Leite sea designado embajador paraguayo ante los Estados Unidos.
La senadora liberal señaló que el nombramiento de Leite no es fruto del mérito diplomático, sino una jugada política estratégica.
Sobre si la designación sería una estrategia para levantar la designación de EEUU de “significativamente corrupto” al presidente de la ANR, Horacio Cartes, Amarilla prefirió hablar del contexto Peña-Leite y dejar al tiempo descifrar si esto beneficiaría a Cartes.
“Si yo fuese Santi Peña hace rato lo hubiera mandado porque es el principal adversario que tiene Peña acá. Entonces, puede ser que se esté deshaciendose de él. O puede ser que sea la pieza clave para Cartes, ya veremos con el tiempo”, expresó en declaraciones a los medios.
Cuestionó además el pobre desempeño legislativo del ex ministro, ahora senador, señalando que su contribución fue prácticamente nula.
“Igual es casi un premio mandarlo, inmerecido, por cierto. Con acción legislativa nula y no solo en presentación de proyectos. Me refiero a una posición ambigua permanentemente; antigobierno, pero tampoco prooposición. Esas ambivalencias que nunca entendimos. Lo único que siempre quedaba claro es que es uno de los perros cartistas”, disparó.
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Es una designación política que tendría que ver si no sobrepasa el cupo del presidente
En contraste, el senador Rafael Filizzola, del Partido Democrático Progresista (PDP), adoptó una postura más moderada. Reconoció que si bien Leite no es diplomático de carrera, el presidente Peña cuenta con designaciones políticas en el servicio exterior, dentro de ciertos límites.
“Una persona que tiene experiencia en instituciones públicas no es un diplomático de carrera. La ley permite esas nominaciones políticas. Es responsabilidad del presidente”, indicó.
Filizzola también planteó un aspecto legal a tener en cuenta: El límite de designaciones políticas en embajadas, al tiempo de puntualizar que ya se realizaron varios nombramientos bajo esta figura.
“Hay que ver si se puede todavía, porque hay un tope máximo de designaciones políticas para las embajadas”, advirtió.
Sobre el caso específico de Leite, afirmó que no se opondría a la designación. “Yo no tengo objeciones con relación a Leite. Es una facultad del presidente nombrar embajadores, y tenemos que tener acciones concretas para no acompañar. En este caso, no creo que haya falta de idoneidad. Veremos qué dictamina la Comisión. En principio, no encuentro oposición”.
La nominación de Gustavo Leite deberá pasar por el filtro del Senado y su Comisión de Relaciones Exteriores, instancia que evaluará la idoneidad y viabilidad del nombramiento.