La investigadora Claudina Zavattiero sostuvo que el clientelismo político es una de las barreras estructurales que impiden consolidar el sistema de protección social en Paraguay.
La investigadora paraguaya Claudina Zavattiero presentará este martes los hallazgos del informe técnico La economía política de la protección social en Paraguay. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) invita al diálogo.
El proyecto de Presupuesto 2023 será el eje del debate en las próximas semanas, por las características de la propuesta del Ejecutivo como por los cambios que intentarán realizar en el Congreso. La propuesta genera preocupación por la persistencia de la deuda que presiona por mayor endeudamiento y por las restricciones que conlleva a costa del bienestar de las personas. El Presupuesto necesita cambios estructurales que no son asumidos por las autoridades, dejando para las próximas gestiones este tremendo desafío.
El Ministerio de Hacienda, en representación del Poder Ejecutivo y como cabeza el Equipo Económico, presentó hace unos días al Parlamento Nacional el proyecto de ley que establece el Presupuesto General de la Nación (PGN) para el año 2023.
El Presupuesto 2023 presenta un gran desafío, por el contexto internacional y nuestras condiciones internas. La inflación continuará, aunque se espera que reduzca su ritmo; las demandas ciudadanas, los compromisos de la deuda, el financiamiento de las obras públicas y el prebendarismo en el año electoral generarán una fuerte presión que se sumará a un presupuesto ya problemático por la cantidad de recursos que podrían ser reasignados y el escaso espacio fiscal. Esperemos que prime la racionalidad, ya que el malestar ciudadano está creciendo.
El Poder Ejecutivo presentó hace unos días el nuevo paquete de medidas que diseñó el Equipo Económico Nacional para ser implementado en el segundo semestre del año, en busca de convertirse en una herramienta para contener la elevada inflación y la sequía que golpeó duramente al campo, pero también para seguir incentivando la recuperación de sectores aún con secuelas de la pandemia.
La deuda pública sigue creciendo sin interrupción, poniendo en riesgo las finanzas públicas y, sobre todo, la capacidad del Estado de proveer servicios públicos. Cada vez mayores recursos se destinan al pago de los compromisos de la deuda, reduciendo la posibilidad de que los mismos se destinen a programas que beneficien de manera directa a la gente. En paralelo, la presión tributaria se mantiene y la microeconomía se deteriora, dando lugar a una combinación explosiva para el Estado en su rol de proveedor de servicios públicos básicos y para la mayoría de los hogares paraguayos que no cuentan con recursos suficientes para financiar esos servicios por la vía privada.
El mundo está en una crisis múltiple y también Paraguay. Sin embargo, algunas condiciones particulares de nuestro país nos ubican en una situación ventajosa. A pesar de la potencialidad, estamos sufriendo como el resto las consecuencias. El problema de Paraguay es que no tiene un plan claro de salida de la crisis, ni siquiera para mitigar algunos de los efectos, por lo que desde diferentes sectores se plantean respuestas, la mayoría de ellas sin garantía de resultado positivo. Urge que el Ministerio de Hacienda diseñe un plan coherente e integral.
El año 2022 tendrá grandes desafíos en materia económica. Uno de los más importantes es la renegociación de Itaipú, tema fundamental para el desarrollo presente y futuro del país. Otros desafíos igual de importantes y estrechamente vinculados entre sí también se imponen, como el fortalecimiento de los sistemas de salud y protección social, la transformación educativa, una política de desarrollo productivo que impulse a las mipymes, a la agricultura familiar y un proceso de industrialización. Nada de esto será posible sin recursos y sin una acción decidida por el cambio en Paraguay. El año 2022 nos da la oportunidad de debatir y acordar objetivos de desarrollo que nos lleven a la transformación. Itaipú constituye un pilar para el cambio por los recursos económicos y la energía que provee. Su renegociación debe estar enmarcada en objetivos nacionales.