Amanece en el municipio de Edelira, Itapúa. El aire fresco de la madrugada levanta el ánimo. Édgar está ansioso. Hace días se prepara para esta “ofrenda”, como le llama. Se despide de su esposa y transita hacia la ruta. Caminará durante 11 días seguidos hasta llegar a destino, el Santuario de la Virgen de Caacupé, a más de 300 km de su hogar. Su deseo: de rodillas dar gracias por un acontecimiento tan querido como inexplicable en su vida, el que, asegura, fue posible por intercesión de la que con cariño llama “che Tupãsy”.
Diciembre 08, 2022 01:00 a. m.
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