27 dic. 2025
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Gustavo A. Olmedo B

Ella es una brillante profesional que dejó el país hace ya más de 20 años. Madre de tres hijos, suele volver a Paraguay a visitar a su familia. Un encuentro casual en Asunción posibilitó dialogar sobre la vida en los Estados Unidos y el desafío que representa, entre otras cuestiones, la educación de los hijos en una sociedad en donde –según comentó– la ideología de género es promovida sistemáticamente por los medios e impuesta por el Estado con leyes y mecanismos de presión.
La sociedad en la que vivimos ha optado –y nosotros con ella y en ella– por la cultura del parche. A todo problema le aplicamos una curita y ya está. Quedamos con la conciencia tranquila. Tras un lento e imperceptible proceso hemos “tirado la toalla” ante problemas acuciantes y muy graves.
¡Compro entrada... compro entrada! grita el hombre recorriendo la fila extendida en la vereda del Teatro Municipal y a casi una hora de iniciar el evento. Una escena llamativa que presagiaba el sello que llevaría el espectáculo de la noche del jueves en Asunción.
Amanece en el municipio de Edelira, Itapúa. El aire fresco de la madrugada levanta el ánimo. Édgar está ansioso. Hace días se prepara para esta “ofrenda”, como le llama. Se despide de su esposa y transita hacia la ruta. Caminará durante 11 días seguidos hasta llegar a destino, el Santuario de la Virgen de Caacupé, a más de 300 km de su hogar. Su deseo: de rodillas dar gracias por un acontecimiento tan querido como inexplicable en su vida, el que, asegura, fue posible por intercesión de la que con cariño llama “che Tupãsy”.
Monseñor Claudio Giménez, Obispo emérito de la Diócesis de Caacupé, presenta su libro De obispo a sacristán, con anécdotas de vida y reflexiones pastorales. El evento será este martes 27 en la Basílica Santuario de la Villa Serrana.
“Lo que la prensa no publica, no existe”, señala una popular expresión, que, si bien suena presuntuosa, tiene su grado de verdad. Está claro que los medios y las redes sociales no pueden determinar la existencia concreta o no de algo o alguien. Pero permiten la visibilización o repercusión que requiere todo acontecimiento para “existir” y, entonces, ser valorado, debatido, analizado, etc.
El terrible atentado que esta semana segó la vida del fiscal Marcelo Pecci enluta no solo a familiares, colegas y amigos, sino a todo el Paraguay, incluso a la región. De hecho, cada víctima del sicariato, sea conocida o no, deja una herida imborrable y enturbia la mirada de las personas hacia aquellos horizontes de esperanza, imprescindibles para cualquier sociedad.
La vida de cada uno reúne experiencias inimaginables. Es imposible conocer o dimensionar la situación por la que atraviesa cada individuo con el que nos cruzamos o de aquel que vemos alejarse por la calle. Cada persona es un mundo insondable, más allá de las apariencias.