09 nov. 2025

Santi y la aplanadora colorada

El próximo 15 de agosto asume el presidente electo Santiago Peña. Con una mayoría colorada en el Congreso, por lo menos en teoría o técnicamente hablando, podría tener la brillante oportunidad de realizar cambios significativos en nuestro país.

Peña llegará a la presidencia de la República marcado, sino limitado y condicionado fuertemente por la sombra de la figura y el poder de Horacio Cartes, su mentor y actual titular de la ANR. Esa será su primera lucha, visible o disimulada, moderada o frontal, pero la primera, al fin de cuentas, pues ningún presidente puede gobernar cargando a un poderoso jefe detrás.

Santi deberá preocuparse, por un lado, por el tema político, sus referentes e instituciones y, por otro lado, por las necesidades reales y urgentes del país y su gente.

En el primer campo tendrá que lidiar con un empresario y presidente del Partido Colorado acostumbrado a mandar y hacer “lo que quiere”, según sus allegados; a escuchar muy poco, y ahora –quizás– con una sed de venganza que fácilmente le puede complicar su gestión, obstaculizar objetivos de gobierno y hasta destruir instituciones. El riesgo es grande.

Si suponemos que el joven presidente será capaz de mantener el sentido común y defender una actitud razonable, su administración se convertirá en escenario de la lucha entre la lapicera y el poder real; ese que influye en los parlamentarios y tiene peso económico para hacer vacilar conciencias.

Santi también deberá lograr tener alguna influencia entre los legisladores quienes parecen no tomar en serio sus expresiones y deseos. Por de pronto, la famosa “aplanadora colorada” no ha servido, sino para imponer en cargos –en muchos casos y de manera vergonzosa– a figuras sin trayectoria ni idoneidad. Teniendo entre sus filas a profesionales con formación o, por lo menos, con un perfil más respetable y prometedor, pareciera que se empecinan por nombrar a los peores e incapaces. Poco favor le hacen a las instituciones y la patria.

En lo que respecta a las necesidades de la gente, el presidente electo tiene puntos urgentes, como el de salud, incluyendo aquí el mejoramiento de la atención diaria y ambulatoria del IPS, el tema del transporte público y la generación de fuentes de trabajo digno. La lucha contra el contrabando también debe ser clara y real, así como el combate al tráfico de drogas; pues su comercialización y consumo están envenenando cada vez más la actividad política y la vida de los jóvenes del Paraguay.

Tampoco podemos olvidar el desafío educativo en el que quizás haya que retomar la recuperación de elementos básicos en la formación de niños y jóvenes, como el conocimiento de nuestra historia como pueblo, el rescate de las sanas tradiciones y valores; el amor a la lectura y a las ciencias exactas. Hoy muchos jóvenes ni siquiera saben por qué están desfilando un 14 y 15 de mayo. Y tampoco comprenden lo que apenas pueden leer de corrido.

Y Peña debe tomar con seriedad las preguntas recurrentes en nuestro país si es que realmente quiere cumplir su tarea. Desde las más comunes hasta aquellas más complejas. ¿Por qué un padre de familia sigue mendigando una cama de terapia para un hijo? O, ¿cómo es posible que el Congreso siga postergando algo básico como la instalación de un sistema de radares con alcance para resguardar todo el espacio aéreo nacional? Y tantas otras más.

Santi Peña puede terminar aplastado por la aplanadora colorada si no logra la preponderancia que debe tener entre los políticos y politiqueros del Congreso.

Por ello, es de esperar que la mayoría colorada en el Congreso deje de ser expresión de vergüenza o venganza y se convierta en herramienta de cambio positivo y ejecución de políticas públicas en beneficio de todos.

Más allá de colores o ideologías, lo espera el país, se merece este pueblo.

Más contenido de esta sección
Qué belleza es ver que María está viva en tantos de nosotros. El sentimiento de ser sus hijos, de protegerla y de que “nadie se meta con ella” ha sido muy bello durante estos últimos días. Suena extraño, pero es una madre “viva” entre nosotros. Nadie ha quedado indiferente: Ateos, protestantes, cristianos de todo tipo. ¡María es una vida! Y esta vida se llama Iglesia. Quizá es este el título más grande que hoy podemos dar a María, “Madre”, porque es la experiencia de cada uno de nosotros. Sin embargo, es bueno aclarar para no sospechar.
La peor secuela del “líder único” en el Paraguay fue la frustración de toda una generación junto a la mediocrización de la siguiente. Para que 36 años después, sigamos con una transición democrática que parece interminable, reticentes para dar por finalizadas, con claridad y determinación, las secuelas perniciosas del pasado. Incapaces todavía de remover todos sus rescoldos.
Es sabido que nuestra educación nacional está clasificada internacionalmente como la segunda peor del mundo. También es sabido que todos los habitantes de Paraguay, incluidos los adultos, con educación permanente, tenemos derecho a una educación de calidad, derecho humano ratificado en la Constitución Nacional y la Ley 1264 General de Educación.