09 nov. 2025

El ejemplo paraguayo

Milei, cotizado a la baja en su propio país, vino a Asunción en la semana pasada a buscar congraciarse con la gente y levantar su ánimo. Además, a engrupirnos con los resultados de su gestión en la que se destaca el “salario promedio de 1.200 dólares que se paga en su país”, y ser engrupido también por su medio compatriota, Peña, quien dice que el secreto del éxito económico es “seguir a Cartes”, repitiendo esto tres veces en Yaguarón: El modelo paraguayo que el libertario argentino dice querer seguir. Insania mental por partida doble. En sus presentaciones, Milei dijo que el Paraguay es el ejemplo que debe ser emulado por parte de Argentina, sobre todo en materia económica. Eso lo analizaremos más abajo. Luego de la paliza electoral en la provincia de Buenos Aires, el presidente argentino está lastimado. Parece desorientado. Y, como Leite decía de Peña, habla boludeces, con cambios de personalidad en modo casi esquizofrénico. Quizá haya razones para tantos sesgos cognitivos. El 7/09 La Libertad Avanza (LLA), con el PRO de aliado, cosechó apenas el 33,72 por ciento de los votos, perdiendo ante el 47,25 por ciento de votos que obtuvo la oposición. Este tirón de orejas con más de quince puntos porcentuales de diferencia se percibe en sus expresiones; sus palabras y el body language son elocuentes. Por momentos sale de su acostumbrada ira y se muestra más comedido, más sensato hasta dijo que iba a hablar y negociar con los gobernadores e intendentes, los miembros de la casta a quienes insultaba groseramente en el pasado reciente. Incluso, se olvidó de su frase estridente VLLC al terminar su discurso del lunes 15/09 cuando hizo la presentación del presupuesto 2026 en cadena nacional, y se vio obligado a devolver parte de los recursos birlados a los jubilados a los que garroteaba, a la salud, al sector de la discapacidad y a la educación, luego de haber pasado la motosierra en todos estos sectores desde que tuvo la lapicera. En esta ocasión, en el discurso, dijo “lo peor ya pasó” repitiendo este mantra que no siempre se corresponde con la realidad, como aconteció luego de su declaración del 11/11/2024, cuando había afirmado que “la recesión se terminó, de acá para adelante son todas noticias buenas”, lo que no se concretó.

En la secuencia, el presidente argentino, finalizando su visita oficial a Asunción el miércoles 17/09, mientras se despedía de sus cholulos de la casta paraguaya –que se dicen libertarios, pero que malgastan y roban el 4% del PIB, hacen crecer la deuda pública e incrementan la cantidad de funcionarios a cada año, entre otras prácticas estatistas– sufría otras derrotas en Diputados. Perdió las votaciones ante la oposición que pudo rechazar los vetos presidenciales a las leyes del financiamiento universitario y de emergencia en pediatría. Estas leyes impulsadas por la oposición fueron aprobadas por el Parlamento en agosto para luego ser vetadas por Milei el 10/09 porque “conspiraban contra el déficit cero del gobierno”. El jueves 18/09 el Senado argentino volvió a golpear a Milei rechazando el veto presidencial del reparto proporcional de los aportes del Tesoro Nacional. Ese jueves negro el dólar superó el techo de la banda estipulada por el Gobierno, el Banco Central tuvo que intervenir fuertemente vendiendo 379 millones de dólares en un solo día en el mercado, los bonos cayeron y el riesgo país se disparó. En otras palabras, la heladera vacía le ganó al relato de la macroeconomía, desde la primera derrota del 7/09 en Buenos Aires, con efecto halo en las dos semanas posteriores.

En la Argentina de Milei, la inflación muestra resistencia a seguir bajando y permanecer controlada. En el mes de agosto fue de 1,9 por ciento, pero en los últimos doce meses el acumulado supera el indicador del 33 por ciento. La memoria o la inercia inflacionaria todavía corroen el poder de compra de los argentinos. La velocidad de la caída de la inflación, durante los primeros meses de Milei llevando el mensual del 20 al 2 por ciento, ya no es la misma, para poder bajar de ese nivel cercano al dos por ciento mensuales, hacia menos del dos por ciento mes, buscando una inflación anual que no pase de, por ejemplo, 3 o 4 por ciento. Eso no está aconteciendo. Si el gobierno Milei ve que el peso se desvaloriza, como está pasando en estos momentos, la inflación derivada de un dólar más caro puede seguir siendo alimentada. La inflación combatida por medio de evitar el incremento de los agregados monetarios es insuficiente, lo que le hace falta a Milei es que se expanda la oferta, la cantidad de productos producidos o importados a disposición del consumidor para impedir que los precios suban. Faltan: Inversión, producción adicional, empleos, consumo, más competencia entre oferentes y mayor inversión, de nuevo. Eso no esta pasando.

Pero, he aquí el dilema, el problema de Milei es que lo que tiene es solo un plan financiero, pero no tiene un verdadero plan económico para producir más y mejor. Como el Paraguay, al cual lo toma como ejemplo por seguir. La inflación no es solo abundancia de moneda, también es limitada oferta de bienes y servicios. En primer lugar, si aumenta la oferta, los precios no se deberían disparar. En segundo lugar, no obstante, la inflación del 1,9 por ciento por mes en Argentina en dos meses sucesivos, de agosto y julio, ya sería resultante de una recesión que se está instalando en el país vecino. Nadie sube de más los precios cuando nota que no está vendiendo lo suficiente. Existe un ritmo de actividad económica deficiente y eso se evidencia. La narrativa oficial dice que la gente está tan feliz con Milei que acepta gustosa los sacrificios. Pero las votaciones, más aún después del tema Karina con su tres por ciento, dicen otra cosa. La idea del sacrificio exigido es algo que acaba cansando, incluso entre los libertarios heterodoxos, empobrecidos de derecha, la nueva contradicción sociológica de América Latina.

Existe una posibilidad de que a mitad de su mandato Milei quede con una mayoría opositora abrumadora en el legislativo de su país. Esto como consecuencia de que la disposición de los argentinos de sacrificarse por la narrativa macroeconómica (que no se transmite en beneficios en la microeconomía) está llegando a su fin. Ojo. Pocos ya están con el ánimo en alza como para seguir teniendo paciencia con el gobierno en función a un efecto derrame prometido para el futuro, pero que nunca llega. ¿No les suena familiar? El salario acaba el día 20 de cada mes, y la gente se queda un tercio de los 30 días que tiene el mes sin tener ya para comer. ¡Qué tal!

Todo empeora en el ánimo de la gente, si a esto se suma el efecto “me han engrupido”, por las denuncias de corrupción por el choreo de la hermana de Milei en las compras para discapacitados (que ya tiene hasta su música, destruyendo la falsa narrativa anticorrupción y anticasta de Milei, a ritmo de Guantanamera), según los audios de D. Spagnuolo. Esta música es una genialidad que solo los argentinos pueden hacer, cantando y bailando “Karina es alta coimera” en el pleno de Diputados, cambiando la narrativa dominante, creando otra, con impacto popular. Que vivan los artistas.

Finalmente, sobre la base de lo dicho por Milei de que el Paraguay es un ejemplo para la Argentina, es importante confrontar esta afirmación con algunas realidades incluyendo los discursos de sus anfitriones en el Congreso paraguayo. El libertario argentino, a quien ya no se lo puede considerar un presidente formal, apenas un vendedor –de baratijas, entre ellas criptomonedas fraudulentas–, dijo que el conjunto de políticas públicas del modelo paraguayo es lo que se debe seguir. Por ejemplo, dijo textualmente: Cortes de gastos y no al endeudamiento público. Justo cuando Peña acaba de presentar su PGN 2026 con 11 mil nuevos funcionarios públicos, que se agregan a los 15 mil sumados por él mismo desde el 2024, lo que constituye un total de 26 mil agregados por Peña en su gobierno, lo que lleva el total de funcionarios a 345 mil para el 2026, con alrededor de 50 mil contratados en forma adicional. Una locura, considerando que se tiene a millares de planilleros, nepobabies y gente desgraciada en el freezer ganando sin trabajar.

Al mismo tiempo, mientras el Milei engañado por el “ejemplo paraguayo” se llenaba la boca con las bondades del modelo, la deuda pública del Paraguay alcanzaba poco más del 42 por ciento del PIB, totalizando más de 19.000 millones de dólares, con casi 2 mil millones de dólares de deuda emitida y contratada por Peña desde que le dieron la lapicera, dos años. Brutal, para una economía endeble de apenas 45 mil millones de dólares de producto y una presión tributaria raquítica de apenas 11 por ciento. Es por eso por lo que la convergencia fiscal que debía llevarnos al -1,5 por ciento de déficit sobre el PIB, que estaba programada para el 2026, se pospuso para el 2027, conforme al MEF.

Por otro lado, Milei dijo que se debe tener al Paraguay como aliado, mientras –ante las quejas generalizadas de la Feprinco, la CNCSP y la Capeco– nos sube más del 40 por ciento en forma unilateral el peaje en la hidrovía, de 3,06 USD a 4,30 USD la tonelada.

Todo esto, hablando ante el aplauso de la mayoría del Legislativo paraguayo en modo cipayo, al que le encanta que un emperador que acaba de perder su corona en Buenos Aires venga a querer colonizarnos con sus espejismos macroeconómicos que ahora se están desmoronando. Imaginen lo que le dice a Milei el presidente del Congreso paraguayo en discurso dirigido a chuparle los calcetines: “No se puede gastar más de lo que se recauda”. Mira quién habla. Desde el 2013 con HC se inicia el déficit fiscal en Paraguay, Nicanor y Lugo eran superavitarios. Y, “venimos de un equipo político que pregonamos que lo más importante es Dios, Patria, Familia y, agrego, Partido”. Parecemos una teocracia musulmana o cristiana, sin separación Iglesia y Estado. Supongo que el equipo del quincho no es un grupo de oración. Aunque, puede salir una célula y luego una nueva iglesia. Por qué no. Que se cuiden los del CFA.

Por último. Se comenta que las consecuencias de los reiterados escándalos de corrupción alrededor del que supuestamente usa polígrafos para encontrar dinero aparentemente perdido, y sus acólitos, están significando un brutal derrumbe en la popularidad del Palacio de López. Y ya no se podría hacer la reforma fiscal tan necesaria que puede disfrazar los déficits internos que están corroyendo los recursos de los ciudadanos. El que reina, pero no gobierna, estaría tan odiado por la gente –y descalificado ante el que gobierna, aunque no reine–, que el horno no está para bollos. La reforma más importante puede quedar sin ser ejecutada. Que Dios nos ayude, la familia nos consuele y la patria nos lo demande. ¿Y el partido? Nadie sabe qué partido juega. ¡Saludos cordiales!

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