En su informe de gestión ante el Congreso Nacional, el presidente Santiago Peña volvió a referirse a Paraguay como un “gigante dormido” que está a punto de dar “un gran salto”.
Afirmó que nuestro país supo ser una potencia antes de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) y su avance fue truncado por recelos.
“Antes de la Guerra de la Triple Alianza, éramos la nación más próspera de la región. Nuestra independencia económica y nuestro desarrollo industrial despertaron recelos que culminaron en esa tragedia. Debemos estar alertas. No permitiremos que intereses mezquinos, vengan de donde vengan, frustren el despertar del gigante paraguayo”, expresó.
Esta calificación realizada por Peña no es del todo acertada, según la opinión del historiador Hérib Caballero Campos, que refutó los dichos del mandatario.
“Hablar que Paraguay era el país más avanzado antes de la guerra es un mito que está bastante arraigado en la creencia de la población porque fue lo que se enseñó durante décadas”, expresó en comunicación con radio Monumental 1080.
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🔸 ¿Paraguay alguna vez fue un gigante? ¿Qué tan fuerte es nuestra democracia? ¿Cómo nos encontramos en materia de salud?
— Monumental AM 1080 (@AM_1080) July 2, 2025
👉🏼 Tomamos algunos puntos del informe de gestión de Santiago Peña y consultamos a expertos al respecto.#Comunidad1080 📻https://t.co/knN5vPafZF
El historiador atribuye esta creencia a las enseñanzas de Juan E. O’Leary, considerado una de las figuras más importantes del Partido Colorado y que tuvo protagonismo en la política local en el siglo XX.
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Si bien reconoció que nuestro país tuvo una importante política de desarrollo tecnológico y de modernización durante el gobierno de Carlos Antonio López (1844-1862) con el inicio de obras como la creación de fundiciones de hierro, y construcción de otras obras de infraestructuras, no llegó a consolidarse como una potencia de la época.
“Si comparamos con países de la región, los que nos enfrentaron en la guerra, no teníamos universidad, no teníamos nivel de exportación. Éramos un país que estaba en vías de desarrollo, pero no llegamos a esos niveles”, agregó el experto.
Esta limitación se vio en los primeros meses de la Guerra Guasu, según Caballero, cuando el Gobierno se vio obligado a pedir donaciones de caballos, ropas y alimentos para las tropas por no contar con los recursos suficientes para hacer frente a la gran contienda.