Se trata de 25 jóvenes (15 mujeres y 10 varones) del conjunto habitacional Arroyo Porá, identificados con el nombre de “Una mano por mi barrio”, quienes en medio de la pandemia del coronavirus (Covid-19) emprendieron una gran labor solidaria en beneficio de las personas en situación de vulnerabilidad.
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Lejos de excusarse por la cuarentena sanitaria, estos jóvenes se pusieron en campaña y juntaron víveres, que luego repartieron a numerosas familias afectadas por la crisis causada por el coronavirus y ahora apuntan no solo a transformar esta área de esparcimiento, sino también a erradicar desde el voluntariado la problemática que aqueja a varias familias del barrio, como el tema del microtráfico.
Con esta ejemplificadora acción, queda claro que el tiempo de pandemia del Covid-19 permite visibilizar distintos escenarios, donde la ciudadanía cumple un rol protagónico y decisivo.
En ese sentido, este sábado los miembros del grupo “Una mano por mi barrio”, presidido por Federico Rojas, prosiguieron con los trabajos de limpieza y hermoseamiento integral de la gigantesca plaza.
Los mismos apelan a la ayuda de la ciudadanía para proseguir con la labor y completar el proyecto. Ante cualquier consulta los interesados en ayudar pueden contactar con David Regis al (0984) 566-786 o con Federico Rojas al (0993) 550-542.
El lugar comprende unas dos hectáreas, predio ideal para las actividades físicas con camineros y escalinatas en medio de pronunciadas pendientes, pista con escenario al aire libre, parque para niños y una naciente de agua, que hoy está repleta de malezas y basura.
Arroyo Porá es un Conjunto Habitacional construido por Yacyretá hace más de 20 años para reubicar a unas 3.600 familias del barrio Barril Paso y Santa Rosa de Encarnación, quienes acorralados por las aguas de la represa del Paraná tuvieron que abandonar el lugar que los vio crecer, a pasos del centro urbano encarnaceno, y proyectar sus sueños desde este sector ubicado en Cambyretá, a unos 5 kilómetros de Encarnación.
David Regis, coordinador del proyecto, señaló que el lugar estaba completamente abandonado y repleto de malezas. “Empezamos con la carpida y retiro de ramas, luego trajimos las cubiertas y empezamos a colocarlas, como también otros se dedicaron a pintar el mural”, remarcó.
“Si bien con lo que hicimos quedó muy lindo y la gente ya viene masivamente a usufructuar este lugar, queremos hacer muchas cosas, como por ejemplo iluminar toda el área, en especial los camineros y ornamentar con cubiertas viejas”, sostuvo.
Asimismo, mencionó que quieren equipar más el parque para los niños, recuperar la naciente de agua y construir una fuente, además de limpiar completamente el arroyito que pasa por el parque.
Entre otras cosas, manifestó que también buscan instalar equipos de gimnasia para realizar actividades al aire libre.
“Somos jóvenes de buen corazón y queremos mejorar nuestro medio ambiente. Nosotros tenemos un lema que dice “para el que cree todo es posible” y creemos en un Dios todo poderoso, es esa fuerza lo que nos mueve en pos de mejorar nuestra comunidad”, aseveró.
Finalmente, contó que son todos estudiantes y que diseñaron con cubiertas en la pendiente el Sagrado Corazón de Jesús, como homenaje a la parroquia del barrio.