Los dos objetos, que están presentes en la mayoría de los hogares de Paraguay, son desde hoy los grandes protagonistas de la Expo Tereré 2019, una feria que reúne a decenas de artesanos de distintos puntos del país en el centro de Asunción.
En los expositores se aprecian guampas y bombillas creadas a partir de materias primas muy diferentes, desde la tradicional madera de palo de santo, originaria del Chaco, hasta cuernos de vaca, cuero, acero inoxidable o aluminio.
La gran variedad de formas para elaborar estos productos artesanales se debe a que se trata de un oficio familiar que ha ido evolucionando durante generaciones.
La presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía, Adriana Ortiz, explicó a Efe que esta tradición es originaria de las comunidades precolombinas que se tuvieron que adaptar a las altas temperaturas para sobrevivir.
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“El pueblo guaraní era nómada y empezó a utilizar diferentes herramientas hasta completar una pequeña bombilla para refrescarse de agua en sus caminos”, relató.
Así nació una forma de refrescarse que se ha convertido en una tradición social en Paraguay, para acompañar cualquier reunión de amigos o de familia en la que todos comparten la bebida en “tereré jeré” (ronda de tereré, en idioma guaraní).
La presidenta del Instituto Paraguayo de Artesanía indicó que hay cerca de 10.000 personas que viven de la “economía creciente” que genera esta bebida, ya sea a través de la venta de productos artesanales o de la producción de las hierbas que se consumen.
Es el caso de Dionisio Frete, un artesano de Areguá, en el Departamento Central, que se desplazó hasta Asunción para mostrar su trabajo de cincelado sobre las guampas.
El artesano talla de forma personalizada cada una de las vasijas de alumino acerado, incorporando el nombre de los clientes e incluso los dibujos que los propios usuarios han obtenido de internet.
Para Frete, la palabra artesano significa combinar “arte y sano”, por eso reivindica la importancia de mantener la “mente tranquila” mientras talla los productos con sus herramientas.
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El consumo de tereré también supone un importante impacto para los agricultores que cultivan y venden las hierbas, desde las comunidades indígenas hasta las grandes empresas de empaquetado.
Javier Torres regenta en el Mercado 4 un puesto de venta de “yuyos”, son las hierbas medicinales que se incorporan al tereré, siguiendo la tradición que comenzó su abuela y que este año cumplió 75 años.
“Yo crecí en la venta de los yuyos, toda mi familia nos dedicamos a eso. Nosotros procesamos, empaquetamos, distribuimos e, inclusive, mandamos al exterior”, explicó a Efe.
Torres, además, forma parte del colectivo de vendedores de hierbas medicinales que han colaborado en el proyecto del Gobierno para convertir el tereré en un patrimonio inmaterial de la Unesco.
El vendedor explicó que se ha elaborado un documental de 10 minutos de duración sobre la producción y consumo del tereré con el que pretenden ser reconocidos por la organización de Naciones Unidas antes de que finalice el año.
Artesanos y vendedores de yuyos comparten durante estos días el centro de Asunción en una fiesta que culminará con la celebración del Día Nacional del Tereré este sábado.
Durante toda la semana, la fiesta está acompañada de bailes tradicionales y canciones folklóricas que hoy inauguraron el comienzo de la Expo Tereré 2019.