La celebración eucarística en honor a María Auxiliadora fue presidida por monseñor Gabriel Escobar, del Vicariato Apostólico del Chaco, quien destacó cómo estos días de celebración sirvieron como un “balón de oxígeno espiritual” para fortalecer la fe de la comunidad olimpeña a lo largo del año.
También describió las dificultades que enfrenta la población, mencionando el aumento de la canasta familiar, la escasez de oportunidades para los jóvenes, la falta de trabajo y las recientes lluvias que paralizaron el Departamento de Alto Paraguay.
En este contexto, enfatizó que “solamente desde la fe podemos buscar paz, fortaleza y deseo de seguir luchando, vislumbrando un futuro más prometedor, cargado de la esperanza cristiana”.
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Un punto central de su mensaje fue la invitación a vivir plenamente el Año Jubilar de la Esperanza 2025 en Paraguay, bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”.
El obispo explicó que este tiempo de gracia, que se extiende hasta el 6 de enero de 2026, ofrece indulgencias plenarias a los peregrinos que visiten los lugares designados, como el Vicariato del Chaco, la Catedral de María Auxiliadora de Fuerte Olimpo y la Parroquia Salesiana San Ramón Nonato de Puerto Casado.
Recordó que esta tradición jubilar, instaurada en el año 1300 por el papa Bonifacio VIII, busca ser un período de reflexión, penitencia y renovación espiritual a través del perdón.
Llamado de atención a las autoridades
Sin embargo, la homilía no se limitó a la reflexión teológica. Monseñor Escobar realizó un análisis crítico de la realidad nacional, señalando la falta de coherencia entre el discurso cristiano y las acciones de algunos funcionarios públicos.
En ese sentido, mencionó con preocupación las intervenciones municipales por parte de la Contraloría General, generando dudas sobre la equidad y los criterios utilizados.
También abordó el programa Hambre Cero, instó a las empresas a cumplir con sus empleados y garantizar la calidad y cantidad de los servicios alimenticios en las instituciones vulnerables.
Otro tema que abordó estuvo relacionado con la seguridad; reclamó acciones efectivas contra la delincuencia común y la necesidad de trabajar en la soberanía digital para evitar ciberataques.
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En cuanto a la realidad del Alto Paraguay, el sacerdote pidió redoblar esfuerzos para erradicar el abigeato y trabajar conjuntamente con las instituciones públicas para combatir la adicción a las drogas.
Expresó, a su vez, su profunda preocupación por el aumento de los casos de abuso infantil y feminicidios, demandando políticas públicas claras para proteger a los niños y mujeres.
Finalmente, realizó un enfático llamado a las autoridades nacionales para que continúen apostando por el desarrollo del Chaco y, en particular, de Alto Paraguay, una región rica en recursos que necesita urgentemente mejores caminos para lograr su pleno potencial.
Monseñor Escobar concluyó su homilía recordando que la verdadera hermandad con Cristo se manifiesta en la docilidad al padre y en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
La misa por la fiesta de María Auxiliadora en Fuerte Olimpo no solo se convirtió en un espacio de celebración religiosa, sino también de reflexión profunda sobre los desafíos que enfrenta la comunidad y el país, con un llamado claro a la esperanza activa y al compromiso cristiano en la construcción de un futuro mejor.
En el marco de la festividad mariana hubo una procesión náutica por el río Paraguay, la caravana de vehículos, y en la víspera se realizó un festival con serenata.
El sábado, la celebración central comenzó con la procesión de la sagrada imagen y la misa central en la catedral, ubicada en uno de los cerros menores que lleva el nombre de la santa.