Blas Pablo Melgarejo Benítez, alias Chopalé, se convirtió en el asaltante más buscado del país, según revelaron autoridades de la Policía Nacional. El hombre, considerado líder de una banda dedicada a robos de bancos, se fugó en marzo de este año de la cárcel de máxima seguridad de Minga Guazú y desde entonces elude los operativos realizados para su detención.
“Se escapó del penal de Minga Guazú junto a otras siete personas y desde entonces está operando. Maneja una importante estructura”, explicó a NPY el comisario Feliciano Martínez, director general de prevención de la Policía.
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El jueves se realizó un operativo para detenerlo en el barrio San Rafael de Ciudad del Este. Detuvieron a 10 miembros de su equipo, pero Chopalé logró escapar, burlando a las autoridades. “Maneja la zona, se mueve en lugares de difícil acceso”, agregó el jefe policial.
Se presume que estuvo liderando el asalto a la Cooperativa Reducto de Ciudad del Este donde la banda se llevó G. 150 millones, tras amenazar a los empleados del lugar.
Se le atribuyen, además, millonarios robos a entidades bancarias, como lo ocurrido en octubre de este 2025 en Katueté, donde asaltantes se alzaron con USD 900.000 (G. 5.400 millones) tras hacer explotar la bóveda de la sucursal de un banco privado.
La estructura criminal también habría perfeccionado técnicas de robos a camiones transportadores de mercaderías y de caudales.
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El comisario Martínez indicó que a diferencia de otras estructuras delictivas que se comunican a través de teléfonos celulares, la banda de Chopalé utiliza radios tipo Walkie Talkie, que permiten enviar la alerta rápidamente sin ser interceptados por los investigadores.
Sicariato del teniente coronel Moral
Si bien la Policía descartó su participación, Chopalé fue señalado como el ideólogo del asesinato del teniente coronel Guillermo Moral, ejecutado por dos jóvenes sicarios el pasado 2 de octubre en inmediaciones de la Facultad de Derecho en Asunción.
El teniente coronel Moral se había negado a ingresar un teléfono celular en la celda de Miguel Ángel Insfrán alias Tío Rico, cuando este estaba recluido en la cárcel militar de Viñas Cué. No se descarta que su ejecución haya tenido relación con este hecho.
Tío Rico y Blas Pablo Melgarejo, supuestamente, forjaron una amistad cuando ambos estuvieron recluidos en la cárcel de máxima seguridad de Minga Guazú.