CIUDAD DEL ESTE
Después de un largo silencio público, Sandra McLeod volvió a subirse a un escenario colorado en Ciudad del Este. Lo hizo acompañada de su esposo, el senador Javier Zacarías Irún; su cuñado, Justo Zacarías; presidentes de seccionales, concejales municipales, y dirigentes de base del sector que históricamente responde al clan.
Se preparó el terreno como si se tratara de un retorno calculado, aunque oficialmente nadie habló de candidaturas. En las redes, se daba como un hecho.
La aparición se produjo durante un encuentro partidario que, más que un mitin, se desarrolló como una suerte de viaje al pasado, con un repaso sentimental y reivindicativo de los cuatro periodos en que el denominado clan Zacarías administró la Municipalidad de Ciudad del Este, desde 2001 hasta la intervención y destitución de McLeod en febrero de 2019.
El ambiente estuvo cargado de camaradería colorada, banderas en alto y discursos. Cuando McLeod tomó el micrófono, lo hizo apelando a la memoria colectiva del zacarismo. “Gracias, gracias de corazón por habernos apoyado en la desgracia”, dijo al recordar que, según ella, muchos confiaron en el clan “cuando ya nadie confiaba”.
La ex intendenta, que evitó cualquier referencia directa a una eventual precandidatura, se centró en enaltecer la obra pública desarrollada bajo administraciones coloradas. “Que sigan caminando por las calles que hicimos los colorados”, insistió.
INVENTARIO. Repasó viaductos, avenidas, anfiteatros y escuelas como si se tratara de un inventario de identidad partidaria. Nombró a Horacio Cartes como uno de los presidentes que atendió sus pedidos, en especial el viaducto del km 4, y destacó que la actual administración nacional, encabezada por Santiago Peña, también es “colorada y orgullosa de serlo”.
McLeod no se dirigió a un adversario con nombre y apellido, pero el mensaje claramente estaba dirigido a Miguel Prieto y al sector de la oposición que tomó el poder municipal desde el 2019, descalificando el actual estado de la ciudad.
“Hoy está destruida físicamente”, lamentó, contrastando su diagnóstico con lo que, según dijo, fue la época de oro del coloradismo esteño. Reivindicó la política territorial “de todos los días” que, según ella, les permitió ganar elecciones durante 2 décadas.