La explosión de contagios de coronavirus en los últimos meses no solo hizo colapsar el sistema sanitario en cuanto a infraestructura, sino también llevó al límite al personal de blanco. Actualmente, el nivel de ocupación de servicios públicos y privados está al tope.
Ante esa situación, la doctora Minerva González Báez, especialista en Medicina Familiar, utilizó su perfil de Twitter @Minnieboom para hacer un relato cronológico de una de sus jornadas de guardia durante una de las peores etapas de la pandemia.
La profesional comentó que, apenas llegó a su guardia, a las 6.50, ya tenía registrado a cinco pacientes, todos con cuadros de Covid-19. “Son las 8.00 AM ya atendí por lo menos 15 pacientes, uno ingresa con código naranja con un saturómetro al 83%”, refiere.
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En medio de las atenciones, la médica explica que debe conversar con los familiares de sus pacientes “tratando de explicar”, pero los enfermos llegan sin parar. La profesional describe que llegada las 10.00 tiene hambre y no tuvo tiempo ni siquiera de desayunar.
Según describe, en medio de la vorágine, incluso debe enfrentarse al mal humor de los familiares de pacientes que no comprenden que otros están con cuadros más graves que los suyos.
Mientras se encuentra tratando a un paciente con un cuadro crítico de respiración, recuerda que llaman desde Urgencia avisando que un paciente está convulsionando. “La hija me grita, me manda a la mierda, le explico que estaba con un paciente grave, pero ni me escucha”, afirma.
Llegado el mediodía intenta tomarse un respiro y consumir un frío café que le prepararon para el desayuno, pero dice que no logra tomar toda la taza porque nuevamente requieren de su presencia por otro paciente cuyo saturómetro estaba por debajo del 80%. “Viene el hijo y me cuenta que se enfermaron todos jugando piki vóley, uno se fue enfermo y cayeron la mayoría”, lamenta.
González Báez menciona que durante una intensa jornada no logra alimentarse bien, le duele su mano de tanto escribir y el cansancio se vuelve extremo por la cantidad de pacientes que debe atender.
Tras casi 12 horas de guardia, señala que son más de 60 las personas atendidas por ella. La doctora comenta que le toca volver a su casa con un “tráfico infernal” y siente “rabia” por el relajo ciudadano.
“Me da rabia el piki, el fútbol, las farras; quiero ser egoísta como ellos, que tampoco me importe nada, pero tengo una hija en casa, no sé si hoy es el día de contagiarme”, expresa con relación al temor que también tiene de contraer la enfermedad.
La situación descripta por la doctora Minerva González Báez refleja el calvario por el que miles de médicos y enfermeros atraviesan durante una de las peores etapas del Covid-19 en el país. A eso se suma el alto número de personal de blanco fallecido desde el inicio de la pandemia en Paraguay.
Desde el Ministerio de Salud expresan su preocupación por el alto índice de contagios dentro de actividades sociales,
Paraguay se enfrenta a una de las peores etapas del Covid-19 con el incesante aumento de contagios y muertes. La situación hizo que tanto hospitales públicos como privados tengan un nivel de ocupación del 100% en camas de internación y Terapia Intensiva.