El joven se desplazaba en una motocicleta en compañía de su hermano de 12 años cuando fueron abordados por policías de la Oficina Regional N° 1 que realizaban un trabajo de investigación en el barrio San Miguel de la ciudad de Capitán Bado, Amambay.
Los agentes solicitaron al adolescente su cédula de identidad y los documentos de la moto, y este les manifestó que no contaba con dichos documentos, según informó la Policía. Además, el adolescente manifestó a los uniformados que tenía en su poder la suma de USD 10.000, según el reporte.
Cuando le consultaron sobre el origen del dinero, este no supo qué responder, por lo cual, ambos hermanos fueron trasladados a la base de la Oficina Regional de dicha ciudad.
En la dependencia policial se constató que en uno de los bolsillos el adolescente tenía 100 billetes de UDS 100, informó Marciano Candia, corresponsal de Última Hora.
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De su poder fueron incautados dinero en efectivo, un celular de la marca Samsung y una motocicleta marca Honda, color azul.
Hasta la sede policial, llegaron los padres del joven. Según la Policía, tras la llegada de sus padres, fue nuevamente consultado de dónde sacó el dinero y en ese momento el adolescente confesó a los intervinientes que el monto le fue entregado por un grupo de personas que días atrás perpetraron un secuestro.
El caso fue puesto a conocimiento de la Unidad Especializada de Antisecuestro y Terrorismo, a cargo del fiscal José Alberto Godoy, mientras que las evidencias se encuentran a cargo del Ministerio Público.
El joven formaría parte de un grupo que la semana pasada cometió un secuestro exprés a un colono de la zona, por el cual se pagó la suma de USD 100.000 para su liberación.
El colono fue víctima de un rapto extorsivo en la zona de la colonia Aguara, del distrito de Capitán Bado, pero tuvo su desenlace en el Departamento de San Pedro, donde finalmente se hizo el pago a los secuestradores, indicaron fuentes policiales.
Según los primeros datos que manejaban los agentes de Antisecuestros, el secuestro estuvo a cargo de una gavilla que opera en San Pedro y Amambay, y sus víctimas son colonos brasileños y menonitas.