HERNANDARIAS
Dos águilas harpías o taguato ruvicha (Harpia harpyja) fueron incorporados desde ayer al Centro Ambiental Tekotopa de Itaipú, tras el arribo de los ejemplares a través del Puente de la Amistad al país desde el Brasil. Las aves pasarán a su nueva morada especialmente preparada en el Sendero del Yaguareté en el Centro Ambiental ubicado en Hernandarias y que fuera reabierto al público en la semana pasada, tras casi 10 años de cierre por reacondicionamiento.
El proceso para la “nacionalización” de Cinquentinha y Pangeia se extendió por casi un año, conforme a lo informado por la entidad binacional. Ambos provienen del Refugio Biológico Bela Vista, ubicado en territorio brasileño o margen izquierda de la represa.
Una hembra de seis años y un macho de cinco fueron ubicados en recintos especiales para cumplir cuarentena, bajo monitoreo del Centro de Investigación de Animales Silvestres (CIASI).
Santiago Molina, coordinador del CIASI, destacó que ambas aves se encuentran en estado de salud óptimo y forman parte de un programa binacional de conservación, orientado a proteger esta especie, cuyo registro en entornos naturales de Paraguay no se tiene desde el año 2000.
“Nosotros quisimos incorporar a estos animales para que sean una población de seguridad de los que se encuentran bajo cuidado humano en la Margen Izquierda. Este es un proyecto binacional que demuestra el trabajo en conjunto entre ambas márgenes”, dijo Molina.
Las harpías, consideradas las águilas más poderosas del mundo, se alimentan de perezosos, monos y coatíes en su hábitat natural. Su población está amenazada por la caza ilegal y la pérdida acelerada de su hábitat.
Tekotopa ofrece un recorrido de 1.600 metros por el Sendero Yaguareté y combina espacios para el público con exhibiciones interactivas sobre flora, fauna, agua, energía y cultura. Para visitar el lugar, los interesados deben agendarse previamente.
Actualmente alberga 10 especies y 26 ejemplares, la mayoría provenientes del tráfico ilegal de fauna. Entre ellos destacan yaguaretés, pumas, tapires, guacamayos, loros y carpinchos.
El centro busca concienciar sobre la protección del Bosque Atlántico del Alto Paraná y proyecta llegar a 15 especies y 36 ejemplares. Los visitantes pueden comprometerse activamente con la conservación mediante carteles interactivos que promueven mensajes de preservación y educación ambiental.