Marzo, por ejemplo, es el periodo de lluvias. ¿Se acuerdan como fue en años pasados, donde incluso hubo vidas perdidas? Según el City Resilience Global Programme de UN-Habitat, la red pluvial de Asunción solo cubre el 19% de las áreas críticas y vulnerables a inundaciones, lo que deja barrios anegados tras cada lluvia intensa. Esta situación se agrava aún más con la expansión descontrolada de la ciudad, que ha reducido la cantidad de espacios de drenaje natural en favor de obras inmobiliarias que no contemplan el impacto ambiental, como el caso del supermercado en el barrio San Vicente, por ejemplo.
La desurbanización de la capital es un fenómeno creciente: según datos del Censo 2022 del Instituto Nacional de Estadística (INE), Asunción ha perdido el 10% de su población en los últimos diez años. Esta pérdida de habitantes contrasta con la expansión inmobiliaria descontrolada, que prioriza construcciones para sectores de alto poder adquisitivo en detrimento de soluciones habitacionales accesibles a las mayorías. ¿Cuántos departamentos de lujo completamente vacíos hay en la capital?
Y acá entra el factor transporte, porque quienes tuvieron que abandonar Asunción y aún trabajan en la capital, deben movilizarse. La movilidad es caótica: El transporte público es paupérrimo y la infraestructura para medios no motorizados es prácticamente inexistente. Como resultado, la motorización privada ha aumentado exponencialmente, generando embotellamientos y tiempos de viaje cada vez más prolongados, y eso que ni hablamos de los baches. Según el Instituto de Ciencias Ambientales y Sostenibilidad (ICES), el uso del transporte público ha ido en descenso, sinincentivos para una movilidad más sostenible.
El deterioro ambiental es alarmante y pasará factura. La Bahía de Asunción y los humedales han sido severamente afectados por la contaminación, en gran parte debido a la ausencia de un tratamiento adecuado de aguas residuales. A esto se suma la reducción de espacios verdes, lo que ha contribuido al aumento de las temperaturas extremas en la ciudad. Las islas de calor urbanas se han vuelto un fenómeno recurrente, con impactos directos en la salud de la gente.
¿Cuál es el modelo de desarrollo? ¿Quiénes son los beneficiarios? El modelo de desarrollo de Asunción es excluyente y evidencia la falta de políticas públicas que contemple el crecimiento sostenible, la participación ciudadana en la toma de decisiones, la conservación de espacios verdes. La situación es urgente. De lo contrario, la ciudad seguirá en un camino de deterioro imparable, donde solo unos pocos pueden beneficiarse, mientras el resto vamos a seguir tropezando en las veredas rotas y celebrando cumpleaños a los baches.