19 oct. 2025

Lenguaje y totalitarismo

En su libro LTI, Lingua Tertii Imperii (El lenguaje del Tercer Reich), Victor Klemperer, filólogo alemán, explicaba cómo el lenguaje imperante en la sociedad producía en el individuo el asentimiento a ideas aun contrarias a sus propias creencias.

Esta idea es muy poderosa. La palabra hace al concepto. El concepto produce la idea y la idea es el origen del comportamiento. Si el discurso de la sociedad es totalitario, impondrá necesariamente en ella un asentimiento general a los principios totalitarios y viceversa, si el discurso es liberal, el resultado será una sociedad más libre y tolerante.

Klemperer sostenía que, durante la época nazi en Alemania, la gente era nazi no por sostener la doctrina nazi, sino porque habían aceptado el lenguaje y la terminología en los cuales esas ideas estaban expresadas. Al aceptar la terminología, aceptaban –inconscientemente– la doctrina, aun cuando estuviesen en contra de las ideas mismas.

Esta aguda afirmación nos dio una idea: la de hacer un experimento lingüístico con cualquier ley emanada de nuestro Congreso Nacional y determinar su naturaleza terminológica. En este caso elegimos (adrede) la Ley de Educación (los motivos serán obvios más adelante) y decidimos extraer todos los verbos que pudimos encontrar de dicha ley. Este es el resultado.

Garantizar, asegurar, crear, establecer, impulsar, elaborar, inspirar, regular, determinar, hacer, ajustar, atender, constituir, proveer, participar, apoyar, entender, promover, definir, fijar, buscar, constituir, realizar, dar, otorgar, facilitar, financiar, suscribir, comprender, extender, pertenecer, impartir, autorizar, ejercer, enseñar, implementar, comprender, recibir, prescribir, facultar, orientar.

La cosa sigue… integrar, contribuir, requerir, dirigir, ordenar, capacitar, lograr, actualizar, perfeccionar, fortalecer, organizar, adoptar, desarrollar, pretender, prestar, deber, nombrar, ofrecer, regir, proporcionar, erradicar, brindar, abarcar, ayudar, desarrollar, aprobar, clausurar, actuar, cooperar, participar, colaborar, evaluar, proponer, acompañar.

No queremos aburrir al lector, pero no termina aquí... dictaminar, asesorar, priorizar, administrar, presidir, firmar, velar, supervisar, inspeccionar, ejercer, reglamentar, designar, formular, incluir, convalidar, reconocer, expedir.

Sigue con controlar, titular, respetar, integrar, evaluar, beneficiar, elegir, obligar, respetar, reconocer, egresar, ingresar, ascender, asociar, acceder, licenciar, buscar, concertar, formalizar, asumir, designar, derogar, comunicar, etc., etc.

Recordemos al lector que no estamos hablando del estatuto militar o la regulación del Ministerio del Interior. Estamos hablando de la ley de educación y esto, naturalmente, es preocupante. Después de contemplar esta verborragia autoritaria, es muy poco lo que la voluntad, el entusiasmo o el espíritu libertario de cualquier docente sometido a ella pueda hacer en favor de una educación liberal e integral: verbo tras verbo de carácter imperativo; verbo tras verbo de carácter absolutista; verbo tras verbo de carácter totalitario. Después de recibir de la ley esta andanada impositiva, ¿no es acaso extraño que la educación paraguaya se halle en un sistema de completa sumisión ante la autoridad?

Hemos sometido a nuestros jóvenes a décadas de este tipo de sistema educativo. Al joven se le impone el respeto absoluto a la autoridad, sin importar su legitimidad, origen, sustento moral o intelectual. Se le impone un sistema en el cual el alumno recibe todo aquello que el Estado le impone sin cuestionamientos, sin análisis racional o fáctico. Un sistema en el que el alumno está ajeno a toda posibilidad de emitir opiniones fundadas en un sano criterio. Si el lenguaje es autoritario, el maestro es autoritario, y el sistema en general es autoritario, no será sorprendente que el alumno también lo sea y estemos creando generación tras generación individuos con este tipo de mentalidad.

Esta dinámica terminológica no es exclusiva de la ley de educación. Permea toda la legislación paraguaya de todas las épocas. No debiera sorprendernos. Vivimos desde hace siglos inmersos en un sistema de autoritarismo donde el individuo prácticamente no existe, donde el individuo está sujeto al control completo de la autoridad, un sistema donde la libertad individual no se reputa importante, un sistema donde el Estado debe ser controlador de todas las relaciones económicas y donde no existe protección a la propiedad privada. Un sistema tribal donde el cacique manda y el miembro de la tribu obedece. ¿No es extraño entonces que sigamos en la pobreza propia del sistema tribal? ¿No es extraño que vivamos bajo el yugo de la casta política?

El lenguaje autoritario que permea nuestra sociedad es el principal escollo en la liberación de las fuerzas económicas y morales del ciudadano. Mientras defendamos el discurso autoritario de la casta gobernante seguiremos consintiendo sus injusticias, aun cuando sepamos muy dentro nuestro que estamos esclavizados.

¿No será momento entonces de revisar nuestra mentalidad? Estamos imbuidos de la mentalidad socialista, y el mecanismo de control de la sociedad socialista es precisamente el lenguaje que produce la legislación autoritaria y totalitaria. Basta de órdenes de la autoridad superior, fomentemos la libertad económica. Fomentemos la libertad del individuo que nos permita nuestro crecimiento espiritual y económico.

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