La destitución del intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, y la renuncia forzada de su colega de Asunción, Óscar Nenecho Rodríguez, confirmaron en la misma semana dos hechos notorios que ponen en riesgo permanente la frágil democracia paraguaya. Lo primero, es que, salvo honrosísimas excepciones, el modelo de gobierno municipal que se aplica en el país ha fracasado estrepitosamente. Lo segundo, que nadie cree que vivamos en un Estado de derecho donde la inocencia o culpabilidad de una persona dependan de lo que hizo, de lo que dice la ley al respecto y de lo que se pueda probar en tribunales.
Agosto 24, 2025 05:00 a. m.
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