Cada 18 de octubre los liberales recuerdan una gesta revolucionaria de 1891. El alzamiento fue por el fraude electoral durante la presidencia del colorado Juan Gualberto González. Fracasó. Dejó heridos y muertos. Los colorados, en tono de burla, suelen decir que el PLRA festeja un fracaso. Sin embargo, esta fecha es emblemática porque implica la rebelión contra los abusos del gobierno. Incluso pesa más que la fecha de su fundación, que es el 10 de julio.
El economista Amílcar Ferreira, cuando analiza la economía, señala con insistencia y en tono de advertencia que su mayor temor es que Paraguay se vuelva irrelevante por ser una ecuación incompleta: macroeconomía estable con debilidad institucional.
Es una frase que calzaría perfecta al PLRA, que no logra salir de su crisis institucional, que sigue sin rumbo fijo, que se debate entre la intrascendencia y la corrupción de buena parte de sus legisladores que han vendido sus votos en el Congreso de manera vergonzosa, sin disimulo y a la luz del día. El partido se debate entre el entreguismo al Gobierno cartista, demasiados tibios y muy pocos realmente opositores.
Si bien aún no superó la eterna y dañina disputa de sus principales líderes Llano y Alegre, hoy en cuarteles de invierno, la actual administración de Hugo Fleitas no logra sobreponerse, aunque haga intentos por institucionalizar el partido. Hay un cambio en los liderazgos, representados hoy por dirigentes vinculados a las gobernaciones y municipios, como Ricardo Estigarribia y Alcides Riveros o el senador de Ñeembucú, Éver Villalba, cuyos discursos tienen como telón de fondo al llanismo o efrainismo como adjetivos descalificativos.
HACIA DÓNDE. El domingo pasado, el PLRA realizó su convención. Allí, como cada previa a una cita electoral de carácter nacional, se aprobaron las figuras de Alianza y Concertación de cara a las elecciones municipales del 2026, como también la adecuación del estatuto partido conforme a la Ley de Financiamiento Político y una resolución de Seprelad. Esa convención tuvo su momento de tensión y de lucidez. El artero intento de eliminar la paridad de hombres y mujeres en las elecciones, que no figuraba en el orden del día, no corrió porque hubo movilización de las mujeres que incluso plantearon un amparo. Si el PLRA dio la nota positiva con la aprobación de este tema, hubiese sido un retroceso enorme en materia democrática. Ya no debería ser un tema de discusión, sino cómo avanzar en la participación efectiva de la mujer en los cargos de relevancia.
El PLRA sigue siendo un partido con raíces profundas y comparte tradición con la ANR, desde sus fundaciones en 1887. Pero el gobernante Partido Colorado lleva más de 70 años gobernando de forma casi ininterrumpida por los errores de la oposición y porque siempre hay liberales dispuestos a entregar su bandera por migajas corruptas a cambio de boicotear el cambio. “El negocio de ser segundo”.
Si bien hasta el momento ninguna tercera fuerza ha logrado sacarle su sitial, en las pasadas elecciones presidenciales el fenómeno Payo Cubas casi lo logra con sus 692.429 votos (23%) frente a Efraín Alegre, que apenas tuvo 5% más: 830.302 (28), liderando una concertación.
Este dato y este suceso fueron una alerta, pero por la conducta de sus líderes, no parecen tener conciencia del inevitable tránsito hacia la irrelevancia política porque no son capaces de generar liderazgos convincentes justamente por su sinuoso comportamiento.
Una reciente encuesta publicada por el CIIS refleja esta situación. Entre los diez primeros políticos con mejor imagen positiva no aparece un solo dirigente del PLRA.
Hoy tiene el desafío de las elecciones municipales y la unidad de la oposición. A pesar de su peso electoral y su maquinaria, el partido como institución no es protagonista, sino los concejales de Asunción. Y justamente esa falta de institucionalidad evita las conversaciones institucionales para definir objetivos más allá de lo meramente electoral porque las negociaciones se realizan directamente con los caciques que manejan territorios.
El PLRA debe recuperar la mística del 18 de octubre, retomar la bandera contra los abusos de poder. Dejar de ser un partido membrete, un negocio para los avivados de la política que solo ven negocios para hacerse buenas jubilaciones. Y especialmente, dejar de ser colaboracionistas de los que hacen la vida invivible a la mayoría de los habitantes.

TEXTUAL
“Deseo enfatizar puntualmente que el incremento patrimonial registrado entre la declaración presentada al asumir –2023– el actual cargo (G. 23.050 millones) y la presentada en el año 2017 (G. 1.351 millones), al renunciar a mi cargo de ministro de Hacienda, provino exclusivamente de mis ingresos obtenidos como profesional independiente en el sector privado, los que he declarado oportunamente ante la Administración tributaria… Todo lo que tengo se encuentra absolutamente respaldado en documentos fechacientes y merced a ingresos lícitos”. (Santiago Peña, presidente de la República)
LO QUE HAY QUE SABER
SOBRINA DE LALO. Una tímida investigación ordenó el diputado Raúl Latorre a la funcionaria Lizany Solís Gomes, supuesto nexo de los Gomes en instituciones públicas.
DETERGENTES DE ORO. Ya son 11 los procesados que admiten su culpa y devolverán G. 1.446 millones a la Municipalidad de Asunción. Una decisión que embreta a Nenecho.
LEY DE PERIODISTAS. El cartismo le pone trabas a una ley que protege a periodistas y defensores de DDHH. Una posición lógica de una bancada que detesta a la prensa.
PERMISO DEL LADRÓN. En su inevitable curso hacia la opacidad y el retroceso, Honor Colorado se apresta a aprobar una ley de datos personales que blindará a funcionarios corruptos.