12 oct. 2025

Argentina y Milei, al borde del precipicio

La semana pasada estuve en Buenos Aires y volví impresionado por el gran deterioro que tuvo la popularidad de Javier Milei en los últimos meses, la cual –según diversas encuestas– pasó de una imagen positiva del 56% en junio a tan solo 32% actualmente.

Para entender lo que está ocurriendo tenemos que recordar que Milei llegó a la presidencia como un outsider total, sin el apoyo de un partido político, sin el apoyo de los gobernadores y respaldado apenas por el 10% de los senadores y el 15% de los diputados.

Su elección fue posible debido a la enorme decepción de los argentinos con las dos agrupaciones políticas tradicionales –el kirchnerismo y el macrismo– que gobernaron en los últimos años y que llevaron a su país a una inflación galopante, a una pobreza creciente y a una inseguridad descontrolada.

Milei entró a la política utilizando un lenguaje que para algunos era disruptivo y auténtico, mientras que para otros era grosero y soez. Su aspecto despeinado, hablando a los gritos y ofendiendo a sus opositores, era para muchos la única manera de renovar la política y desplazar a una “casta” incompetente y corrupta, pero que su lenguaje… era el políticamente correcto.

Si bien su llegada al poder se caracterizó por su originalidad, una vez en la presidencia sus políticas no fueron muy diferentes a los diversos programas de estabilización que adoptó la Argentina a lo largo de su historia, como el de Martínez de Hoz en 1976 o como el de Domingo Cavallo en 1991.

Estos programas tuvieron como base el control del tipo de cambio y la reducción del déficit fiscal. Fueron exitosos los primeros años en la reducción de la inflación, pero ocasionaron el cierre masivo de empresas y el aumento del desempleo, hasta que el modelo estalló por los aires con una maxisuba del dólar… lo que a su vez volvió a aumentar la inflación.

El gobierno de Milei está recorriendo el mismo camino de los experimentos fracasados, pero en este caso el proceso se ve acelerado por la gran debilidad política del gobierno.

A pesar de las dificultades económicas que pasaban muchos argentinos, la popularidad de Milei continuó casi intacta hasta hace poco tiempo y había muchas expectativas de que en las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre su reciente partido político “La Libertad Avanza” podía conquistar muchas bancas.

Pero entonces comenzaron a explotar diversos escándalos de corrupción: El primero fue el de la criptomoneda “$Libra”, que el presidente promovió y que ocasionó pérdidas de 251 millones de dólares a los inversores; el segundo fue el de los audios filtrados, donde se le acusa a Karina Milei de recibir coimas; el último fue el de José Luis Espert, un amigo de Milei, que renunció a su candidatura a diputado por haber recibido dinero del narcotráfico.

Milei que había llegado a la política para combatir a la “casta” corrupta, con estos escándalos perdió toda credibilidad.

Ante este escenario de una casi segura derrota en las próximas elecciones, los mercados reaccionaron comprando dólares, lo cual obligó al gobierno a vender masivamente los pocos dólares que tenía de reserva, para contener la suba.

El gobierno estaba casi ahogado cuando Estados Unidos salió a su rescate y con eso se logró parar la suba del dólar, por ahora. Pero si Milei pierde en las próximas elecciones, el futuro se vuelve totalmente incierto.

Tenemos que estar muy atentos de lo que ocurre en la Argentina, porque afectará profundamente al Paraguay.

Nos afectará en lo social, porque cerca de un millón de paraguayos viven allá y sus remesas llegan a muchas familias de escasos recursos.

Nos afectará en lo económico, porque el comercio de frontera es muy intenso y dependiendo del tipo de cambio, el contrabando se incrementará o se reducirá.

Esperemos que la Argentina pueda superar esta nueva crisis, porque nuestros destinos están íntimamente entrelazados.

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