Son bastante relevantes los datos dados a conocer en una entrevista al abogado Manuel Riera, ex presidente del Colegio de Abogados del Paraguay, respecto a la matriculación de los profesionales del Derecho, a propósito del caso del senador Hernán David Rivas.
Según explicó, entre los años 1901 y 1999, o sea, en 99 años de la historia del Paraguay, se matricularon ante la Corte Suprema de Justicia, un total de 6.568 abogados, lo que representa un promedio de 107 profesionales inscriptos por año.
Después, siempre de acuerdo con Riera, entre 2000 y 2010, en solo 10 años, la cifra casi se triplicó. El número de abogados matriculados ante la Corte Suprema fue de 16.286, un promedio de 1.480 por año, lo que representa un crecimiento sorprendente del 248%.
Pero la cosa se vuelve más llamativa cuando refiere que, entre los años 2011 y 2024, o sea, en solo 13 años, los números anteriores se triplicaron, ya que fueron matriculados ante el Máximo Tribunal nada menos que 45.204, lo que da un promedio de 3.228 por año y un crecimiento del 278%.
Es decir, en solo dos años, entre el 2011 y 2024, ya se tenía la cifra de abogados que el Paraguay matriculó en 99 años de toda su historia. Esta estadística realmente asusta, con la cantidad de personas lanzadas al mercado laboral.
Otro dato por demás impactante que lanzó Riera es que, desde 1889, año en que se creó la Universidad Nacional de Asunción (UNA), la primera del país, hasta 1999, el Paraguay tenía 19 universidades.
Sin embargo, entre los años 2000 y 2010, en un lapso de diez años, se crearon 34 universidades más, con la sanción de la “Ley Marcos”, del 2006, con lo que, como bien lo definió, “la enseñanza pasó a convertirse en un negocio”.
La cantidad citada por Riera es hasta el 2024, lo que alcanzaba 68.058. Sin embargo, este año, ya hay unos 74.500 abogados matriculados de los 6.684.000 de paraguayos, según el último censo del 2021. Es decir, el 1,11% de la población es abogado matriculado ante el Máximo Tribunal.
Aclaremos que estos son los pueden litigar en los Tribunales, ya que existen muchos profesionales que no ejercen o nunca juraron, con lo que las cifras pueden ser más altas.
A esto también hay que sumar los títulos falsos que también aparecen entre ellos, lo que salió a la luz con el escándalo del legislador colorado Hernán David Rivas.
Con estas cifras, las críticas se centran en la paupérrima preparación que tienen y la preocupación está en que de estos profesionales salen nuestros jueces, fiscales y defensores públicos, por citar los cargos más relevantes.
Si bien tenemos entidades que controlan la calidad de la enseñanza universitaria, está visto que, con la cantidad de instituciones, el control se perdió totalmente, ya que el caso Rivas lanzó al tapete también toda una maquinaria para expedir títulos falsificados.
Suponiendo que estos casi 75 mil abogados inscriptos en la Corte sean legítimos, la cuestión es si el Paraguay necesita tantos profesionales del Derecho. El promedio es uno por cada 90 personas en el país.
No tengo los números de los médicos, las enfermeras, los docentes, los arquitectos e ingenieros que existen. Pero también son profesiones más que necesarias, a más de otras que ahora surgen por el auge tecnológico.
Las universidades deberían dar al país los profesionales que necesita teniendo en cuenta la realidad actual, y no masificar solo algunas carreras. Y, más todavía, con esto, la preparación ya no importa sino solo sacar la mayor cantidad de gente sin importar la calidad del producto.
Solo como ejemplo: Si una empresa quiere invertir en el país, y busca 500 ingenieros, no creo que los encuentre. Diferente sería si busca abogados. Con esto, es evidente que hay que tratar de diversificar los rubros y no solo “producir abogados en serie”, como dice Riera.