14 may. 2024

Tanteos

El Gobierno de Peña no consigue colocar los pies sobre el estribo de un potro muy difícil de conducir porque no lo siente como suyo primero y porque no logra transmitir confianza hacia la ciudadanía que tenga capacidad para hacerlo. Tanto en el plano local como internacional va tanteando para ver hasta dónde puede avanzar con sus miedos internos hacia su sujetador del poder y los graves temores de fidelidad de un gabinete que sabe ciertamente que el presidente es solo un gerente. Mientras, se acumulan los pendientes y cuando puede huye de los problemas y se refugia en un ámbito internacional que cada vez le reclama más compromisos que no puede asumir ni enfrentar.

Las investigaciones norteamericanas sobre el asesinato de Pecci para lo cual puso una recompensa de 5 millones de dólares para quien de informes fehacientes sobre los autores morales no debe pasar desapercibido para nadie. Menos para nuestra fiscalía que no se animó a vengar en justicia el asesinato de uno de los suyos. Ahora quiere ir a Colombia para hablar con sus colegas en torno a la llamativa presencia de agentes y funcionarios de EEUU en Bogotá para entrevistar a los autores materiales. Los nuestros saben bien que si logran demostrar que el asesinato de Pecci frustró investigaciones americanas sobre hechos de su interés los nuestros podrían ser sindicados como cómplices de obstruir la persecución penal y eso no les gusta. Creer que los colombianos se jugarán con los nuestros para evitar saber quien ordenó la muerte del fiscal es de una ingenuidad digna de risa. Cartes es un problema de los EEUU. Ha podido superar con dinero y poder político todo contrincante local pero ahora tiene algo más poderoso que la sexta flota de la armada de los EEUU: La justicia de ese país. A Peña le han venido diciendo una y otra vez que coopere, pero entre sus temores que impulsen el juicio político en su contra o algo más grave sigue jugando al gerente dócil que todo lo consiente y apoya. Duda y las ojeras que exhibe son muestras claras que no puede dormir bien.

Se ha jugado con el programa de hambre cero del que dice si resulta en un fracaso será completamente suyo. Son 300 millones de dólares anuales para una clientela acostumbrada a robar. Se alzan con 1.600 millones de dólares por año. que esa cantidad resulta ínfima. El equipo que tiene no lo puede ayudar. El MOPC ha nombrado a un viceministro de Transporte en un lugar donde se roba a mansalva a uno que fue denunciado por corrupción en compras de medicamentos en pandemia. El resultado sin lugar a dudas ya se puede inferir. El equipo no puede dar más que lo que me muestra y todos están buscando un chivo expiatorio a quien culpar del fracaso de gestión del gobierno en casi 9 meses.

“Cogito ergo sum”, dudo luego existo, decía Descartes y parece ser el mote de Peña. Ha perdido contacto con la realidad y eso siempre tiene un alto costo en política. Se murieron dos parientes de oficiales de Lince y en vez de cancelar el evento por duelo siguió adelante y sin dudar culpó del problema a las precipitaciones. Antes fueron dos militares y ahora dos parientes de Policía por la misma causa. Ni hablar de las obras civiles mal hechas en Limpio o Luque, donde no se vió al gerente impulsar tareas de reconstrucción que por lo menos envíen un mensaje empático con la población afectada.

De momento vive de los escándalos solo que estos acumulados degradan su figura y nunca se sabe cuándo saltará alguno de volumen que acabe con su gerencia. Esgaib y la hija con pasaporte diplomático cobrando un salario de profesional en Londres no lo ayuda tampoco y pone en duda su verdadera capacidad de liderar la política internacional del país. La posición firme de Brasil sobre bajar la tarifa de Itaipú nos hace dudar sobre la utilidad de sus continuos viajes a Brasil y sus lisonjas a Lula.

Una presidencia envuelta en las brumas de las dudas solo preanuncia más conflictos y menos capacidad de resolución. No puede seguir tanteando, tiene que liberarse de una buena vez.

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