Para Moscú “no es un obstáculo” que algunos países latinoamericanos no respeten los derechos humanos para mantener “una buena relación” con ellos, añadió la analista principal para Rusia y Euroasia del Real Instituto de Elcano, Mira Milosevich-Juaristi, en un seminario sobre la “vuelta de Rusia” como actor estratégico internacional.
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Insistió en que el interés de Rusia en países latinoamericanos viene motivado por la intervención política estadounidense en lo que Moscú considera como su zona de influencia, la antigua Unión Soviética, por ejemplo en la crisis política de Ucrania o en Georgia.
“Rusia está intentando dar a Estados Unidos de su propia medicina”, aseguró. A su juicio, la relación de Moscú con la región latinoamericana está facilitada también por otros factores como una concepción similar de la soberanía nacional o el objetivo común de restar poder a Washington en la escena mundial.
Aún así, consideró que “Rusia es consciente” de que no es una superpotencia frente a Occidente, y predijo que en el futuro “el mundo volverá a la competencia geopolítica” entre los países más poderosos.
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Pero Rusia no puede convertirse en una superpotencia a nivel internacional “con intimidación y sin amigos o alianzas”, señaló por su parte el diplomático y exembajador español en la OTAN, Nicolás Pascual.
El diplomático incidió en que la Rusia de Vladímir Putin busca “cambiar” la jerarquía global y ser “tratado diplomáticamente como una superpotencia, al nivel de Estados Unidos”.
Sin embargo, advirtió de que Estados Unidos también intenta transformar el orden mundial con políticas bilaterales y más proteccionistas, incluso desde antes de la llegada de Donald Trump a la Presidencia.
Pascual criticó que EEUU y la Unión Europea no tengan una estrategia firme hacia Rusia. “Simplemente tienen un enfoque para ir en contra de los elementos que no están de acuerdo, este es un modus vivendi hacia Rusia, pero no una estrategia”, subrayó.