El arquitecto Justo Martínez, coordinador del Centro Histórico, presentó los detalles de la propuesta en la última sesión de la Junta Municipal. Informó que actualmente el área núcleo del centro de Asunción (490 hectáreas) alcanza un valor promedio de G. 540.000, mientras que su área de amortiguamiento (195 hectáreas) se valora en G. 380.000.
En una diapositiva exhibida durante su exposición, se caracteriza al centro por contener “inmuebles abandonados o subutilizados”, “baja recaudación del impuesto inmobiliario” y “degradación urbana, social y económica”.
“Para hacer un paralelismo, el barrio Madame Lynch, entre Madame Lynch y Mburucuyá, está en el valor de G. 190.000 y podemos obviamente evidenciar los diferentes contextos de infraestructura que tenemos ahí", aseguró el funcionario.
Explicó que una de las metas principales del proyecto es “igualar el área del Centro Histórico, que contiene tres zonas impositivas diferentes, en una misma zona, en base a la ordenanza 267/2009 que delimita el centro histórico”.
La nueva delimitación pasaría a denominarse la “zona urbana 16" (ZU16) y pasaría a tener un valor impositivo similar a la “categoría U7", que contiene por ejemplo el área del barrio Sajonia y primera y segunda proyectada (entre los barrios General Díaz y Tacumbú).
“El área U7 de hoy (es) donde estamos viendo (...) iniciativas (...) y lo que queda evidenciado es que los desarrollos inmobiliarios pueden compensar sus inversiones, y que es básicamente menos de la mitad de lo que sería invertir en el centro histórico hoy”, describió el arquitecto.
La unificación resultaría en un valor de G. 257.000 guaraníes para la ZU16. Esto implicaría, en algunos casos, una reducción de casi el 50% en la parte del núcleo.
Según la ordenanza referida por el arquitecto, la delimitación del área núcleo del centro de Asunción se halla definida de la siguiente manera: Por la ribera del río Paraguay, al norte; límite este del Parque Caballero, Artigas y Brasil; Fulgencio R. Moreno y Humaitá, al sur; y Don Bosco y su proyección hasta la bahía de Asunción, al oeste.
La zona de amortiguamiento está constituida “por el límite del mismo y al norte: Bahía de Asunción; al este: Parque Caballero, Artigas, San José, Mariscal López, Curupayty, Pettirossi y Capitán Figari; al sur: Avenida Rodríguez de Francia, Ygatymi; al oeste: Don Bosco, Piribebuy, Patricios, Stella Maris y Díaz de Pefaur y su proyección hasta la Bahía”.
Martínez señaló que el objetivo no es solo reducir, sino promover la “equidad tributaria de la ciudad”. Mencionó en este sentido que hay barrios con grandes desarrollos inmobiliarios, como Villa Aurelia, Ycua Satî y San Jorge, que poseen valores catastrales “desfasados” que van desde los G. 128.000 a G. 198.000.
El coordinador de Centro Histórico enfatizó la urgencia para que la Junta Municipal apruebe el proyecto, atendiendo a que la Dirección Nacional de Catastro requiere la aprobación de la ordenanza en borrador antes del 3 de octubre para que la medida entre en vigencia en 2026.
Explicó que esta iniciativa va de la mano con otros proyectos, incluyendo un programa de primera vivienda y un subsidio del alquiler.
“El objetivo que ambicionamos para el centro histórico es un centro histórico joven o de retiro también. Un centro que se vuelva a repoblar, ya que hay muchas sedes universitarias que pueden ser potenciadas, tiene mucha llegada con respecto a la infraestructura y a transporte”, aseguró.
Aclaró por otro lado que habría una reducción del 25% en el valor del impuesto a la construcción exclusivamente para inmuebles catalogados patrimoniales.
La propuesta generó reacciones mayormente favorables entre los concejales. Humberto Blasco (PLRA) celebró la medida, afirmando que esta reducción no busca “estimular ni favorecer la especulación inmobiliaria, sino un criterio de equidad tributaria”.
“Resulta ser que los portentos de ingeniería que están instalados en Ycua Satí o Villa Aurelia pagan mucho menos que en el centro que está cayendo a pedazos”, comparó.
Lamentó por otro lado que solo se aborde la arista tributaria y no otras problemáticas como la seguridad en la zona.
A su vez, el edil Pablo Callizo (PPQ) apuntó que la reducción impositiva es fundamental para que los propietarios de edificios antiguos puedan “invertir mejor y poder rehabitar”, ya que los costos son elevados.
También se mostró a favor la concejala Rosana Rolón (ANR-disidente), quien destacó que ya existe una “movilización de propietarios que quieren dar rendimiento a esa zona para que deje de ser desolada” por medio de iniciativas como hostales.
“Los propietarios del microcentro no tienen intención ni necesidad de desarrollar”
Pese al consenso sobre la urgencia de revitalizar el centro por medio de la reducción impositiva, el concejal Augusto Wagner (PLRA) se mostró escéptico argumentando que “el problema del microcentro no es solamente el valor del impuesto inmobiliario”.
“Ahí hay mucha especulación. Siempre se habló de que siete, ocho son los propietarios del microcentro (...) que no tienen ninguna intención tampoco de desarrollar algún tipo de emprendimiento inmobiliario”, resaltó.
“Yo más bien daría incentivos a aquel que va a desarrollar. Pero si vamos a bajar todos los impuestos y después al final otra vez ellos no tienen ninguna intención... Tienen como una reserva monetaria ellos, no tienen además ninguna necesidad para vender o hacer algún tipo desarrollo”, añadió y pidió que se realice un trabajo más integral y técnico.
La Junta resolvió remitir el proyecto a la Comisión de Planificación, con la solicitud de convocar al arquitecto Martínez para que exponga el proyecto y se analice su factibilidad.