16 nov. 2025

PIB

Darío Rojas, director de Análisis Macroeconómico del Banco Central del Paraguay (BCP), sostuvo que aumenta el nivel de endeudamiento de las familias para las operaciones de consumo.
Un reciente informe del Banco Mundial aborda la necesidad de implementar políticas que contribuyan a la recuperación económica pos Covid-19 de manera inclusiva y sostenible. Este desafío requerirá fuertes inversiones en infraestructura, capital humano e innovación, lo cual a su vez exige un Estado más eficiente. Paraguay cuenta con espacio para mejorar la eficiencia en varios ámbitos, entre los que se encuentran la focalización de los programas, las contrataciones públicas y la gestión de los recursos humanos.
Técnicos del FMI alertaron sobre un menor crecimiento en la economía, una mayor inflación de lo que se proyecta y hasta riesgos fiscales para este 2022 en Paraguay. Esto, ante factores externos como la sequía y la pandemia, pero también por el mal manejo de los recursos públicos.
Cuando a finales del año pasado analizábamos las perspectivas para este 2022 los diferentes escenarios eran muy optimistas. En los dos primeros meses de este año los acontecimientos internos y externos hicieron cambiar radicalmente ese escenario de bonanza previsto.
Las perspectivas iniciales para el crecimiento del PIB en 2022 fueron de alrededor del 4%. Sin embargo, el difícil escenario vinculado a la sequía y el avance de la situación sanitaria hacen suponer que finalmente sería inferior, lo cual pasaría a reflejarse en nuevas proyecciones económicas más conservadoras durante los próximos meses. Las proyecciones del BCP realizadas en diciembre ya habían adelantado un crecimiento del 3,7%, lo cual es claramente insuficiente para generar empleos en la cantidad y calidad necesarias si tenemos en cuenta la evidencia de los últimos 15 años. El Gobierno debe impulsar con fuerza políticas productivas –agropecuarias y laborales– para garantizar que el mercado laboral genere los empleos en calidad y cantidad que requieren las familias para su bienestar.
El escenario del crecimiento económico para este año se ve incierto debido a los efectos de la sequía y de los focos de calor y por la pandemia, que se espera que empiece a disminuir su incidencia en el segundo semestre. A la incertidumbre en el sector real de la economía se agrega el riesgo inflacionario, también con un fuerte componente exógeno ya que parte del mismo se genera en el aumento del tipo de cambio, de los combustibles fósiles y de algunos commodities. Frente a este contexto, las autoridades económicas deben estar atentas de manera a implementar políticas para mitigar los efectos negativos en los sectores con menos capacidad de resiliencia.
Los paraguayos venimos de sortear dos años bastante duros. La pandemia del Covid-19 quitó lo mejor de nosotros, pero lastimosamente también agudizó lo peor.
Avanzamos en un periodo más en el que la economía local prenderá vela a algunos santos para que el clima permita una correcta producción. Se aseguraría así buena cantidad de soja y carne bovina para sostener los ingresos por exportación, ya que son los dos rubros más emblemáticos que salvan el crecimiento del PIB.