Santiago Peña se encontró políticamente solo en la región cuando asumió su gobierno. Era el único presidente de derecha, aparte de Luis Lacalle Pou en Uruguay, y, a pesar del buen inicio que tuvo con Lula da Silva, su alineación a Estados Unidos y otros hechos como el caso del espionaje, le distanciaron de Brasil.
En Bolivia estaba Luis Arce y en Chile continúa Gabriel Boric, ambos de izquierda y muy diferentes al modelo de Peña. El presidente colorado igualmente no pudo encontrar un aliado en Lacalle Pou, quien lo cuestionó más de una vez por su relación con Taiwán y le responsabilizó de ser la traba para que el Mercosur concrete un acuerdo de libre comercio con China.
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Con Yamandú Orsi y el Frente Amplio, Uruguay retornó a la izquierda desde el 1 de marzo de 2025 y se intensificó su relación con Xi Jinping, en busca de acuerdos con potencias, por lo que los intereses en común entre ambos países quedan reducidos.
La llegada de Javier Milei en 2023 generó expectativas positivas en el aspecto económico para la estrategia de Peña, pero con el pasar de los meses, el libertario demostró total desinterés en Paraguay y hasta hubo temor hacia sus políticas sociales que podrían afectar a la comunidad paraguaya de migrantes en el país vecino. El argentino además fue el único ausente en la Cumbre del Mercosur que se realizó en Asunción en 2024, lo que fue interpretado como un desplante al presidente paraguayo.
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Con la victoria de Rodrigo Paz este domingo en Bolivia, que rompió 20 años de una hegemonía socialista desde el primer periodo de Evo Morales, Peña consigue un miembro con afinidad política en el Mercosur y en la región, aunque se trata de un país no muy importante para la política exterior de Paraguay, que tiene dependencia económica con Brasil.
Peña llamó por teléfono a Paz este lunes y lo felicitó por su victoria. “Su elección representa una nueva oportunidad para renovar la esperanza y fortalecer los lazos de hermandad entre Paraguay y Bolivia. Reafirmé nuestra voluntad de seguir trabajando juntos con respeto, solidaridad y una visión compartida de desarrollo y prosperidad para nuestros pueblos”, manifestó el presidente en redes sociales.
El gas boliviano y la cocaína
Paraguay y Bolivia comparten intereses relacionados con la hidrovía, la ruta bioceánica y la comercialización del gas boliviano. El pasado año, Peña y Arce buscaron avanzar en temas sobre obras de infraestructura como corredores carreteros, ferroviarios y fluviales que impulsan ambos gobiernos.
El Corredor Bioceánico de Integración está entre los temas primordiales para ambos, porque es un proyecto que permitirá la conexión central de América del Sur y unirá Brasil, Perú y Bolivia. Buscan lograr mejor intercambio comercial y la posibilidad de exportación a los mercados de ultramar.
A su vez, como un plan exploratorio, Peña habló de apuntar a la posibilidad de comprar gas licuado de petróleo (GLP) a Bolivia. Aunque no se concretó, el año pasado pidió que los presidentes de las estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petróleos Paraguayos (Petropar) pudieran dialogar sobre este intercambio, para dejar de depender del gas argentino.
Esto en medio de su conflicto con Argentina por el peaje en la hidrovía, cuando incluso advirtió que iba a retirar el 100% de la energía que le corresponde al Paraguay de la binacional. El Gobierno de Peña incluso manifestó en más de una ocasión su interés por construir un gasoducto, que pueda trasladar el gas de Argentina al Brasil.
Actualmente, Bolivia vende gas al Brasil, pero el comercio fue debilitándose por el riesgo de desabastecimiento. Aunque se desconoce si será posible en un futuro cercano, en abril del año pasado, directivos de la Consultora Internacional Rystad Energy presentaron un proyecto para la instalación de un gasoducto en territorio paraguayo que podría unir la oferta y demanda de hidrocarburo de Argentina y Brasil, impulsados por la ubicación geográfica estratégica de Paraguay.
W. Schreiner Parker, vicepresidente de la firma, se reunió con el ministro de Industria y Comercio (MIC), Javier Giménez, quien estuvo acompañado por el viceministro de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), Rodrigo Maluff, y el viceministro de Minas y Energías del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Mauricio Bejarano.
Igualmente, otro tema de gran preocupación para ambas naciones es el crimen organizado que se fortalece en la frontera, sobre todo, el narcotráfico, con la venta de la cocaína que sale de Bolivia, pasa por Paraguay y termina en Europa. El narcotraficante Sebastián Marset también operaba con una base de cocaína en Bolivia, de donde huyó cuando fue identificado.