La convocatoria que hizo la Generación Z tuvo eco principalmente en la red social TikTok, en la cual se compartían varios videos sobre el hartazgo hacia un sistema corrupto, impune y ahora –según los testimonios de los manifestantes– opresivo.
Su inspiración, según los voceros, nació de los jóvenes nepalíes que salieron a las calles luego del bloqueo de 26 plataformas de redes sociales, que fue el detonante de un cansancio acumulado por los hechos de corrupción y nepotismo en su país.
La Generación Z se organizó en grupos de WhatsApp y la Policía Nacional puso a su mejor agente de cibercrimen, el comisario Diosnel Alarcón, en la tarea de “vigilar” las redes sociales de los usuarios que hacían referencias a la protesta juvenil, por “supuestas actividades ilícitas”. No se tuvo en cuenta el algoritmo de la presunción de inocencia.
En paralelo, las mismas voces oficialistas repitieron narrativas en sus diferentes espacios para desmeritar la convocatoria calificándola de “zurdos y oenegeros”. También atacaron la legitimidad de una manifestación difundiendo miedo e informaciones falsas creadas con IA.
Pero no solo lo hicieron con la protesta convocada por jóvenes, también lo hicieron hacia una asegurada del Instituto de Previsión Social (IPS) que escrachó al presidente Santiago Peña por “bandido” durante la inauguración de un nuevo servicio de Nefrología en la previsional.
Aquí hay una alevosa contradicción con...