20 oct. 2025

Erik Satie: Mamífero y amnésico genial

Erik Satie (1866-1925) fue un compositor francés cuyo estilo sobrio, poco convencional e ingenioso ejerció una gran influencia en la música del siglo XX, particularmente en Francia.

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Erik Satie (1866-1925 ) fue un compositor francés de estilo sobrio, poco convencional e ingenioso.

Tomás Báez Servián
Profesor de Música

Precursor del minimalismo y el impresionismo, del teatro del absurdo y del piano preparado, de la sátira a partir del discurso musical y del dadaísmo...

Denostado por la Academia, pianista de cabaret, crea la música de “mobiliario” (para no ser escuchada), uno de los fundadores del modernismo musical.

Enigmático, triste, transgresor, subversivo, rompedor de esquemas, compositor “perezoso”…

Talentoso pero extraño, fracasado y oscuro, de lenguaje fuerte y violento en ocasiones, rodeado de escándalos y litigios…

Su obra Vejaciones (basada en un tema de 18 notas) debía ser tocada 840 veces (!!!), sin interrupción…; cuestionó la direccionalidad y la narrativa en música; no quiso formar ni encabezar escuela o grupo, ni crear un sistema; lo serio y lo no serio situados en un mismo plano (humor satiano)…

¿Puede todo lo anterior referirse a una sola y misma persona? Y... sí. Éric Alfred Leslie Satie (Honfleur, Normandía, 17 de mayo de 1866-París, 1 de julio de 1925), compositor y pianista francés, fallecido hace un siglo, fue también un pensador y escritor de singular talento, capaz de conjugar un temperamento a la vez conservador como vanguardista, riguroso y al mismo tiempo con sentido del humor, esotérico pero sin perder su interés en tradiciones de fuerte arraigo popular.

BIOGRAFÍA RÁPIDA

Comienza su formación musical en el Conservatorio Nacional de Música de París a los 12 años, pero no le fue bien en los estudios académicos. De entrada, su vocación musical creadora apuntaba hacia otra dirección.

Ya joven, deja el conservatorio y frecuenta los cabarets, en los que trabajó bastante. En sus escritos afirmaba que ese tipo de lugares tenían su importancia en la vida artística y literaria parisina, con tal de pasar “desapercibidos”.

Publica sus primeras composiciones a partir de 1887, por cierto las más conocidas y apreciadas hasta ahora: las Gymnopédies y las Gnossiennes, de gran belleza.

Entre estos años y el fin de siglo XIX, compone obras como las Ojivas, ingresa a la orden Rosacruz y compone diversas piezas para las veladas de esa orden (música para arpas y flautas, El hijo de las estrellas); tiene una intensa (y única) relación con Suzanne Valadon, que duró unos seis meses.

Compone Vexations (Vejaciones), obra que debía ser interpretada 840 veces sin interrupción, y que por cierto fue realizada por otro singularísimo músico, John Cage, recién en 1963.

Satie funda la Iglesia Metropolitana del Jesús Conductor, de la que es único miembro y Parcier y Maestro de Capilla. Para esta iglesia compone su Misa de los pobres. Por el año 1898 deja su cuchitril de Montmartre y se muda a Arcueil, sur de París.

A medida que avanzan los años, nuestro compositor abría caminos en el arte en medio de su soledad, incomprendido por la mayoría, pero admirado y valorado por importantes nombres como Debussy, Ravel, Picasso, Cocteau, Tzara, Duchamp, Man Ray… Nunca fue su objetivo formar grupo o escuela, pero suele hablarse de Satie y el Grupo de los Seis, integrado por Auric, Durey, Honegger, Taileferre, Poulenc y Milhaud.

Satie compuso muchas obras que son hasta hoy poco conocidas, varias de ellas para la escena, otras orquestales y mayormente para su instrumento favorito, el piano: Tres piezas en forma de pera (piano a cuatro manos), Jack in the Box (música de escena de una pantomima); En traje de caballo, para orquesta; Verdaderos preludios fofos para un perro, para piano; La trampa de Medusa, obra de salón con siete intermedios musicales separados, que debía bailar un mono disecado!!!; Cinco muecas, para orquesta; Parade, para los ballets rusos de Diaghilev; Sócrates, para voz y pequeña orquesta.

Hacia 1920, Satie presenta un nuevo e interesante “producto de consumo”: la música de mobiliario, preparada, según el autor, para que nadie la escuche.

Un año antes de su partida, en 1924, Satie compondrá la música para Relache (Relajarse, tranquilizarse), un ballet de Picabia y Borlin.

La obra, de puro corte dadaísta, se adelanta en varios aspectos. Uno de ellos en cuanto a la música, ya que Satie debió componer para el entreacto cinematográfico del espectáculo, lo que implicó crear la primera música de película “imagen por imagen”. Nos referimos a una época en que el cine era todavía mudo.

Erik Satie murió el 1 de julio de 1925, en el Hospital París Saint-Joseph

UN CREADOR ÚNICO, GENIAL E IRREPETIBLE

Satie fue también un escritor interesante y ágil. Muchos de sus textos están recogidos en Cuadernos de un mamífero y en Memorias de un amnésico. Uno de los temas suyos era la posibilidad de que su arte (la música) pudiera ser un medio de comunicación tan rápido como lo es, por ejemplo, la pintura. Sabemos que la música, al ser un arte fundamentalmente temporal, necesita de este elemento para ser captado y aprehendido.

La trilogía del arte musical requiere un compositor (creador original), un intérprete (imprescindible) y desde luego un público (receptor). Satie buscó afanosamente, en el contexto de su carácter y estética, crear una codificación interpretativa peculiar, con lo que crea sus propias, famosas y sorprendentes “indicaciones de carácter”.

Tradicionalmente, en música utilizamos términos italianos bastante conocidos para indicar el “carácter” (tempo, dinámica, acentuación, etc.), de una obra musical. Así: allegro, adagio, Grave, Sostenuto, non tropo, etc., etc.

Satie creó todo un cúmulo de términos para indicar el carácter de su música.

Con la cita de algunos de estos, traducidos al español, finalizamos este sencillo y brevísimo homenaje a un creador absolutamente genial, cuya obra aún necesita ser estudiada y reconocida en su debida dimensión.

Aminore mentalmente – Como un animal – Como un ruiseñor con dolor de muelas – Con el rabillo del pensamiento – Con un candor recatado pero convincente – De manera que obtenga un hueco – De reojo y contenido por adelantado – En la boca del estómago – Guiñando el ojo – Hipócritamente – La mano sobre la cabeza de su alma – Ligero, pero decente – No hable – No sude – No tosa – No trague – Pálido y hierático – Sin pestañear demasiado – Sin que el dedo se ponga colorado – Sin temblar demasiado – Temblar como una hoja...

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El bohemio, Poet of Montmartre, por Ramon Casas, es un retrato del compositor Erik Satie (1866-1925) cerca del Moulin de la Galette en Montmartre.

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