18 abr. 2024

¿Conductor agresivo o ataque de ira? Sicóloga habla de desregulación emocional

Después de que un conductor de Bolt haya perseguido, arrollado y matado a un motociclista en Ñemby, una especialista en salud mental evaluó las características de las personas con reacciones agresivas, que tienen como base la desregulación emocional.

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Los conductores que presentan actitudes agresivas podrían estar atravesando una desregulación emocional.

La sicóloga Alejandrina Manzur explicó este miércoles las características principales o el perfil de las personas agresivas, ante el caso que se registró en Ñemby, donde un motociclista murió tras ser perseguido y atropellado por un conductor de Bolt que se molestó porque la víctima supuestamente rompió el espejo retrovisor de su vehículo.

En ese sentido, Manzur señaló que este tipo de conductores generalmente atraviesan por lo que se conoce como la desregulación emocional.

Dijo que, si bien aún no está categorizado como tal en el manual de trastornos mentales, ya existen una serie de investigaciones nuevas que apuntan a trabajar en varios trastornos que forman parte de ello, como el uso problemático de sustancias, la ansiedad social, entre otros.

Explicó que la desregulación emocional se refiere a un casi nulo control sobre las emociones de una persona y que usualmente se relaciona con una expresión impulsiva, actuando de manera exagerada o de forma fuera de lo esperado socialmente.

“La persona tiene una intensidad de la emoción que escapa a la posibilidad de regular esta respuesta emocional, que viene a ser la conducta que vemos. La persona recibe el estímulo emocional, la emoción es tan alta que realmente no puede evaluar en el momento la consecuencia de sus actos, no pueden regular la reacción”, detalló.

Personas funcionales, pero problemáticas

Además, la especialista dijo que generalmente se trata de personas “funcionales”, es decir, que pueden trabajar, convivir y relacionarse con los demás, pero que suelen tener una gran cantidad de problemas en sus diferentes ambientes, por lo que las reacciones violentas se repiten constantemente.

“También puede ser una persona que consume alcohol superior a su tolerancia, pueden ser personas agresivas que cuando se enojan rompen o tiran cosas, humillan, amenazan, o que después de tener este tipo de conductas se sienten culpables, avergonzadas y tristes por su conducta violenta”, acotó la licenciada.

Sostuvo que dicha consecuencia, a su vez, desencadena en un “círculo vicioso”, debido a que el individuo puede terminar aislándose de los demás, generando otros problemas dentro de su ámbito laboral, familiar o académico.

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“Entonces, son personas a las que les cuesta sostener actividades, sostener los vínculos emocionales, sostener los trabajos, les cuesta terminar las cosas, porque justamente cuando tienen un episodio como este la respuesta conductual es tan grande, que después les cuesta estar dentro del sistema”, expresó.

Personas impulsivas

Manzur ejemplificó que las actitudes de estos conductores agresivos muchas veces comienzan o se dan con pequeños actos diarios que parecen insignificantes, como el salir de los grupos de WhatsApp cuando hay discusiones o contradicen su opinión; salir de un lugar molesto y cerrando con fuerza la puerta; o dejar de hablarle a una persona por años ante un simple enojo.

“Ese tipo de conductas también entran en la desregulación emocional y en algunas ocasiones pueden no tener consecuencias tan graves, como la que vimos ayer (la muerte del motociclista en Ñemby), o sí se pueden dar como justamente ocurrió”, sostuvo.

En ese sentido, lamentó que generalmente la sociedad paraguaya tiende a normalizar ese tipo de conductas y que no se tiene la capacidad de poner un límite.

“Tenemos esa sensación de culpabilidad muy marcada de '¿cómo yo voy a dejar de hablarle a mi mamá?’, ‘es mi papá, tengo que soportarle igual’, ‘es mi marido, él es bueno, después se le pasa y me pide disculpas y está todo bien’, cuando no son conductas saludables, tanto para la persona que lo hace como para las que reciben el daño”, alertó la profesional.

Tratamiento

En cuanto al tratamiento, la licenciada señaló que lo primero es identificar a los que podrían padecer la desregulación emocional, señalando que los primeros signos se dan ya en la adolescencia, donde un componente principal es el contexto en el que vive o el ambiente, lo que convierte al joven en una persona con sensibilidad emocional más alta.

“La sensibilidad emocional no es mala de por sí, es orgánica y ya venimos predeterminado con esto, pero hay personas que son más sensibles a los estímulos emocionales, por lo que la manera en la que nos vinculamos con ellas debe ser diferente a lo que generalmente estamos acostumbrados”, señaló Manzur.

En ese sentido, dijo que el ambiente familiar o contexto en el que vive es muy importante para evitar que siga potenciando ese comportamiento y que la manera de educarles debe ser diferente.

Además, detalló que los casos más graves en la adolescencia se dan cuando el menor ya experimenta el cutting —cortes en la piel realizados de manera intencional sin el propósito inmediato de atentar contra su vida—, el consumo de sustancias o las actitudes suicidas.

Mientras tanto, señaló que el pico más alto del trastorno mental llega entre los 20 y los 30 años, cuando se pueden dar las actitudes más agresivas, pero la intensidad de las respuestas emocionales van declinando nuevamente al pasar ese año.

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La especialista señaló que el tratamiento de estos cuadros lleva su tiempo y que es complejo. Indicó que se llama terapia dialéctico conductual, que conlleva cinco componentes, entre sesiones individuales, un taller de habilidades literarias, consultas con terapeutas, entre otros.

Finalmente, sostuvo que esto también va acompañado de un entrenamiento para los familiares, ya que es importante que su entorno pueda ayudarlos a cambiar. “El contexto es responsable también de la conducta del paciente”, acotó.

La muerte del motociclista

El pasado 15 de mayo, un conductor de la plataforma de viaje Bolt de nombre José Alfredo Gómez Vera, de 20 años, atropelló intencionalmente a un motociclista identificado como Juan Quiñónez, de 47 años, y le quitó la vida.

De acuerdo con los informes preliminares, el presunto autor reaccionó de esa forma porque el fallecido supuestamente le rozó el retrovisor en un semáforo.

Ante esto, la Fiscalía abrió una investigación por homicidio doloso contra el joven, quien se presentó ante el Ministerio Público luego de que se hizo de conocimiento público el caso. Dio negativo al alcotest y no tiene antecedentes policiales. En tanto, su abogado habló de la posibilidad de que su cliente haya perdido el control de su vehículo.

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