Un ciudadano encarnaceno denunció ante la Fiscalía haber sido víctima de coacción grave, extorsión y millonaria estafa por parte de la misionera coreana Jum Suck Lee y el pastor uruguayo Eduardo Fabián Laguna de la Iglesia Siglo XXI, a quienes llegó a realizar giros y transferencias por más de USD 50.000 (G. 345 millones al cambio actual).
En ese contexto, otra de las presuntas víctimas rompió el silencio y relató a Última Hora el calvario que vivió por más de una década. La iglesia está situada sobre la calle General Bruguez y la avenida Irrazábal de Encarnación.
El joven, de 27 años, quebró en llanto varias veces. Relató cómo la misionera los explotaba y los manipulaba en nombre de Dios.
Identificado como Darío, dijo haber sido captado por la pastora de la Iglesia Siglo XXI cuando tenía apenas 13 años, señalando que fue explotado y humillado por más de una década, viviendo una verdadera pesadilla que lo dejó con un severo trauma, según relató.
Al principio costó que el joven pudiera hilar palabras, ya que quebraba en llanto al rememorar los episodios vividos.
“Esta coreana agarraba muchos jóvenes, preferentemente humildes, con programas de teatro y baile, a cualquier joven le gusta eso, nosotros nos ilusionamos y nos entusiasmamos con eso. Luego empezaron las famosas reuniones con jóvenes y de a poco nos iban echando más palabras, pero todas palabras de muerte. Sacaba de la biblia lo que nos pasaría si no obedecíamos '¡Si no haces esto te morís! Todo está en mateo 24'”, señaló el joven.
Lea más: Según el nivel del pecado, pastores exigían sumas de dinero a cambio “del perdón divino”
Asimismo, indicó que después les exigía que vendan cosas para la iglesia, para sustentar la iglesia, por lo que vendían frutas y pan de mañana, tarde y noche. “Estábamos en la calle más de 20 horas y nos prohibían comer durante todo el día. Siempre pedía más y más, traigan más. Empezamos a vender desde la mañana hasta la noche y yo me decía ‘por qué lo que tanto teníamos que vender’”, añadió.
El joven relató que después le ayudó su papá y ahora ya no pertenece a la iglesia y vende sus productos por su cuenta. “Él siempre estuvo ahí, me ayudó a ver las cosas y hoy estoy trabajando para mí. Pero te puedo asegurar que hay todavía muchos jóvenes que están siendo explotados por la iglesia”.
“Siempre estábamos por la calle vendiendo con miedo, muchas veces ni comíamos, porque nos prohibían que gastáramos en comida. La coreana nos decía: ‘Si ustedes ayunan para Dios, van a poder vender mejor’. Había ocasiones en las que no comíamos dos días, pasábamos hambre y, lo peor, dormíamos como perros en el piso”, recordó Darío.
En ese contexto, manifestó que les hacían tener miedo en relación a la Biblia. “‘Si vos tocas esta plata, Dios te va a castigar’, nos decía. Siempre nos decía que con las cosas de Dios no se juega y así nos amenazaba con frases de la Biblia”.
“‘Este siervo no obedeció y tocó las cosas de Dios, por eso murió’”, decía sobre la muerte del joven Isaías Salinas. Y te puedo asegurar que él no murió por otra cosa, sino por el sufrimiento y el calvario que pasaba en la iglesia y hay todavía jóvenes que están sufriendo ahí y no están saliendo por miedo. Ustedes tienen que dar su vida por Dios, nos decía”, reveló el afectado.
El joven agregó que empezó a ir a la iglesia en el 2012 y al principio estaba todo bien, como cualquier persona que necesita de Dios.
“Después la coreana empezó a manipular nuestra fe, obvio que creemos en Dios y tenemos que obedecer a Dios, pero después ella empezó a pedir dinero, mucho dinero, que teníamos que mandar a Ucrania, que, para cumpleaños, festejos y otros, y yo decía por qué tanto dinero”, reflexionó el joven.
Entre tanto, recalcó que ya no le gustaba la situación y se puso rebelde. “Ya no me gustaba más, me cansé, y ahí me dijo, ‘salí nomás de la iglesia, total te vas a morir’”, recordó.
El grupo de jóvenes recaudaba un promedio de G. 1 millón por día y todo era entregado a la pastora, según expresó.
Hoy en día, Darío, gracias a la ayuda de su papá Ricardo, está vendiendo panes dulces y salados. “Ya tengo para mis cosas, tengo una piecita, heladera, cocina y todo lo que necesito para comer como ser humano”, finalizó.
Denuncia penal
De acuerdo con la denuncia a la que accedió Última Hora, los pastores de la citada iglesia recurren a varios métodos para persuadir y amedrentar a los fieles y bajo amenazas les exigen considerables sumas de dinero a cambio de concederles el “perdón divino”.
La denuncia radicada en la Fiscalía de Encarnación recayó en la Unidad Penal a cargo del Fiscal Ever Williams, quien ya tomó declaración al denunciante. Producto de esta grave situación, el hombre perdió a su esposa, quien fue llevada al Uruguay y le exigían millonarias sumas para poder recuperarla.
Martínez manifestó además que las diversas sumas de dinero le eran exigidas bajo amenaza, extorsión o como diezmo, ya sea para recibir el perdón divino, salvarse de la muerte o para recuperar a su familia.
De acuerdo con el relato del denunciante, tanto la misionera coreana, como el pastor uruguayo y los colaboradores cercanos, operaban de diferentes formas y les extorsionaban a los fieles en nombre de recibir el perdón y la salvación de Dios.
“Tras separarme, el pastor Laguna y la misionera Lee me exigían un pago de USD 3.000 como “ofrenda” salvar mi relación y ser perdonado por Dios. Ante mi negativa, me coaccionaron manipulando a mi ex pareja con la excusa de una supuesta enfermedad que solo sería curada con una ofrenda adicional de USD 5.000”, denunció.
Pero las cosas no quedaron ahí y habrían seguido extorsionando al hombre, quien incluso entró en un cuadro depresivo.