Este es el momento del año en que trabajadores y trabajadoras se preparan para recibir la bonificación anual, el decimotercer salario o aguinaldo. Con gran ilusión se aguarda esta retribución, estipulada en el Código Laboral y por esa misma razón es fundamental que el Estado asegure el cumplimiento. Asimismo, debe verificar que todos los trabajadores reciban el salario mínimo y accedan al seguro social, esto es fundamental en un país que se caracteriza por el empleo precario, la informalidad y la subocupación.
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social ha presentado su Campaña de Aguinaldo 2025 para reforzar el cumplimiento de este derecho laboral. De acuerdo con sus datos, más de 1.900.000 trabajadores en relación de dependencia –del sector privado, público y servicio doméstico– deben recibir el aguinaldo antes de fin de año. Esto es alrededor del 60% de la población ocupada y no caben dudas de su impacto a nivel económico y social, pues es un ingreso importantísimo para las familias paraguayas.
Este es un derecho laboral irrenunciable, de acuerdo con el artículo 245 del Código laboral y el pago debe realizarse hasta el 31 de diciembre. El decimotercer salario no puede ser descontado ni embargado. Todo trabajador y trabajadora debe estar informado sobre la forma en que se hace el cálculo; se suman todos los ingresos percibidos en el año: Salario, horas extras, comisiones y otros conceptos, y luego se divide por 12. En caso de que el empleador no cumpla con el pago, los trabajadores pueden realizar consultas o denuncias de manera presencial, telefónica o vía WhatsApp, incluso en forma anónima en la sede Central del ministerio del Trabajo. El aguinaldo se debe abonar antes del 31 de diciembre y su incumplimiento supone una multa de hasta 10 jornales por cada trabajador.
En nuestro país, todo trabajador tiene derecho al aguinaldo, sea que haya trabajado un día, un mes o un año, tiene derecho al pago proporcional al tiempo que ha laborado.
Esta información es relevante para los trabajadores, especialmente en un país como el nuestro, en el que tenemos serios problemas con la calidad del empleo. De acuerdo con los datos publicados en setiembre de este año por el Instituto Nacional de Estadística, a partir de la Encuesta Permanente de Hogares Continua, correspondiente al segundo trimestre, la cantidad de ocupados fue alrededor de 2.974.314 personas, que equivale al 67,4% de la población de 15 y más años de edad. En comparación con el mismo periodo del 2024, a nivel nacional, la tasa de ocupación tuvo un aumento de 2,3 puntos, aproximadamente 120.000 personas más ocupadas. La cuestión es que de estas 120.000 personas, gran parte se ocupó en empleos informales, en sectores en los que el promedio de horas laborales es mayor al tiempo de trabajo, que en Paraguay es de 48 horas semanales.
Cuando en el mundo el promedio de horas de trabajo es de 43, en nuestro país es de 48 e incluso en algunos sectores superan las 48 horas semanales, sectores de altos niveles de concentración de trabajadores como del comercio, la industria y la construcción que superan las 48 horas semanales. Esto afecta la calidad de vida de las personas y uno de los factores es el tiempo de movilidad, pues es bien conocida la situación de caos en el tránsito en nuestras ciudades y la falta de un sistema de transporte eficiente.
Los niveles de ingreso son bajos en Paraguay, por ejemplo, el ingreso promedio de los jóvenes de 15 a 29 años es de G. 2.400.000, por debajo del salario mínimo establecido que es de G. 2.899.048. Asimismo, se debe tener presente el escaso nivel de cotización a la seguridad social y la brecha de género: Las mujeres que son las principales proveedoras económicas en el 40% de los hogares ganan entre el 40% y el 90% del promedio, lo que las ubica por debajo del salario mínimo, con excepción de las trabajadoras del sector público.
Estos son los grandes retos del Gobierno, mejorar la calidad del empleo, asegurar que se pague el salario mínimo y que cada trabajador acceda a la seguridad social para mejorar y asegurar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias.
