10 dic. 2025

Asunción, desastre financiero y pésimos servicios para la gente

Las condiciones del Municipio de Asunción no parecen mejorar en el futuro. La Junta Municipal aprobó recientemente el presupuesto 2026, que además fue planteado en forma plurianual, en contra de la ley orgánica, como denunciaron concejales de la oposición. De manera sorpresiva, sin embargo la mayoría colorada de la Junta aprobó aumentos salariales y de dieta para la Comuna y para la Junta Municipal, mientras tanto, los vecinos ven crecer las montañas de basura en las veredas por la falta de un servicio de recolección regular.

Informaciones publicadas recientemente por este diario apuntan a que continúa sin pausas el descalabro financiero de la administración municipal de Asunción. Esto es, a pesar de que el presupuesto 2026 suponía una reducción del gasto en salarios, unos G. 15.366 millones, incluye no obstante unos aumentos para ciertos departamentos del Ejecutivo municipal y también para la Junta.

La justificación señala que estos pedidos fueron realizados previamente. Y difícilmente, el ciudadano pueda aceptar dicha explicación, ya que la crisis financiera y de gestión de la Comuna cumple varios años y, en este tiempo, la eficiencia de los servicios municipales ha ido empeorando.

La Junta Municipal, la Dirección de Abastecimiento, la Defensoría Municipal y los Juzgados de Faltas de la Comuna son las divisiones que mejores beneficios recibirán con las modificaciones del presupuesto.

En el detalle, para la Defensoría Municipal se contemplan aumentos en el rubro de dietas, jornales y aguinaldo y para los juzgados de Faltas, bonificaciones, jornales y otros rubros. En cuanto a la Junta Municipal, se registran aumentos en el rubro indemnizaciones, combustibles en el rubro de “activos intangibles” y gastos relacionados con útiles, mantenimiento, alquiler de edificios y locales, entre otros.

Según la ordenanza del presupuesto, fueron aprobadas una serie de modificaciones que permiten aumento de salarios, bonificaciones y aguinaldos para la Policía Municipal de Tránsito. Como explicó el concejal Humberto Blasco, de acuerdo con el panorama general “no se gasta más, pero se gasta en otros objetos de gasto dentro del grupo 100” y agregó que resulta complicado determinar a quiénes benefician los incrementos y a quiénes perjudican los recortes.

Debemos tener en cuanta que dentro de poco más de una década Asunción va a cumplir 500 años, y si observamos detenidamente el estado en el que se encuentra, es inevitable admitir que la mala gestión de las administraciones municipales le pasaron la factura a la capital y por eso se ve tan sucia y abandonada.

La de Óscar Rodríguez ha sido, probablemente, una de las peores administraciones municipales de Asunción, en sus 488 de su historia.

No se trata ya solamente de evaluar los problemas cotidianos que afectan grandemente a los vecinos, como el caos en la calle, las horas que pierde la gente para trasladarse en una ciudad en la que el tránsito se mueve al ritmo del peatón, los embotellamientos son permanentes y a todas horas, ya que hace rato se terminaron las horas pico; la suciedad, los baches, la irregular recolección de residuos, y el abandono del centro.

A esto debemos sumar el descalabro financiero que ha dejado Nenecho a su paso y, sobre todo, la ausencia total de un programa, de una ruta a seguir, para que Asunción pueda ser una ciudad ordenada y amable con el ciudadano. La desafortunada herencia incluye una crítica falta de espacios verdes para el descanso y disfrute del ciudadano y su familia y la muy peligrosa profusión de estaciones de servicio. Asimismo, se debe cargar al registro del Debe del ex intendente, el manejo poco transparente de millonarios fondos y la incapacidad para llevar adelante y con éxito obras tan necesarias como el desagüe pluvial. Por último, algunos servicios esenciales siguen con un ritmo irregular, como es el de recolección de basuras, a pesar de que los vecinos cumplen con el compromiso de pagar la tasa correspondiente.

Asunción necesita con urgencia administradores eficientes, honestos y comprometidos, que pongan en primer lugar las necesidades y el bienestar de la población.

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