El denominado Santo Boteco ya había sido intervenido hace un mes aproximadamente por el fiscal Edgar Torales, quien ordenó la aprehensión de aproximadamente 100 personas, en su totalidad brasileños, quienes se encontraban participando de una fiesta en el local que presenta shows musicales, en medio de la pandemia del coronavirus (Covid-19).
Cira Villasboa, una de las vecinas, afirmó que estaba volviendo del local de vacunación de la Gobernación del Alto Paraná, cuando vio que un grupo de “chiquilines” entraba al local sin tapabocas, por lo que se detuvo en el lugar y les reclamó la razón del por qué estaban haciendo eso, teniendo a cientos de personas muriendo por el Covid-19 y otros internados.
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Luego se sumaron los miembros de la Comisión Vecinal para seguir reclamando la intervención policial, mientras buscaban contactar con la unidad fiscal de turno a cargo de Zunilda Ocampos. Posteriormente, se logró contactar con el fiscal Adolfo Santander, mediante una comunicación telefónica, de acuerdo a lo que denunciaron públicamente a los medios de comunicación que estaban acompañando el reclamo.
“No dormimos hasta las tres de la madrugada buscando cajón para la gente, buscando soluciones de medicamentos, vivimos todos los días preocupados de cómo conseguir salas de UTI para la gente y esta gente inaugurando discoteca en pleno mediodía. La mitad del barrio está con Covid y están internados”, se quejó Edgar Baumann, uno de los vecinos.
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“Para entrar en UTI te piden G. 150 millones, otros G. 80 millones para admitir a un enfermo y ellos están farreando aquí”, sostuvo por su parte Alice Monges, activista social.
Finalmente, el fiscal ordenó a la Policía Nacional que identifique a las personas que se encuentran dentro del local.