Con una sonrisa que transmite calidez y un profesionalismo que la destaca entre sus colegas, Yannyna Verón Cardozo se suma al selecto grupo de compatriotas que brillan en la aviación comercial, siguiendo el mismo camino que hace pocos días emocionó al país con el saludo en guaraní de la paraguaya Gabi Fleitas en los Emiratos Árabes.
Nacida en San Ignacio, Misiones, y criada por sus abuelos, su madre Marzulli y su tía Sonia a quien considera su segunda madre, Yannyna cursó la primaria en la ECO Escuela y la secundaria en el Colegio San Vicente de Paul. Su historia está marcada por la constancia, la disciplina y el amor profundo por su tierra.
El deporte y la superación personal corren por sus venas: es sobrina del histórico defensor de la Selección Paraguaya, Darío Verón, símbolo de entrega y orgullo nacional. Desde los 8 años, Yannyna mostró un interés especial por los idiomas. Su tío, el reconocido docente Prof. Hugo Ayala Verón, fue quien le enseñó inglés desde pequeña. Con el tiempo, sumó portugués y conocimientos básicos de alemán. En Paraguay cursó la carrera de Relaciones Internacionales, formación que complementa a la perfección su actual labor en un entorno multicultural.
“Desde muy pequeña soñaba con viajar por el mundo, por eso empecé a estudiar inglés desde niña”, recuerda Yannyna. Su camino no fue fácil: administraba un edificio en San Ignacio cuando decidió postularse en Asunción para una aerolínea internacional. Viajó a Dubái en enero, se preparó intensamente desde febrero, se graduó en agosto y hoy, con orgullo, representa a Paraguay en los cielos del mundo.
Más que una azafata, Yannyna se ha convertido en una embajadora cultural en el aire. Siempre orgullosa de sus raíces, no pierde ocasión para resaltar su querido San Antonio y reivindicar el dulce idioma guaraní como un sello que la conecta con la patria. “Lo que más me gusta es poder recorrer el mundo y que también mi familia pueda recorrerlo a través de mí y de mis experiencias”, comparte con emoción.
Su familia la define como una joven perseverante, soñadora y humilde. Quienes la conocen saben que detrás de la belleza y simpatía que la caracterizan, hay una mujer que se preparó con esfuerzo y convicción para alcanzar sus metas.
“Lo que más me ayuda a aguantar las exigencias de este trabajo es principalmente creer en mí misma y en mis capacidades, y jamás darme por vencida hasta lograr cumplir mis metas”, afirma Yannyna. Su mensaje para los jóvenes es claro y poderoso: “Siempre sigan sus sueños, no importa cuán grandes sean ni las opiniones negativas. Si lo deseas con todo tu corazón y trabajas por ese sueño, todo se cumple”.
El camino de Yannyna es una invitación a las jóvenes paraguayas a soñar sin límites. Su ejemplo demuestra que el mundo está al alcance cuando se combina preparación académica, pasión y amor por las raíces. Porque cuando el corazón late fuerte por lo que uno ama, no hay cielo que no pueda alcanzarse.