Carlos es el nombre ficticio de un testigo presencial del asalto ocurrido en la madrugada de este jueves en la sucursal del banco Itaú en Katueté, Departamento de Canindeyú. El hombre relató con detalles lo ocurrido y habló sobre el poder de fuego que tenían los asaltantes.
“Quedó un rastro de guerra impresionante, eran entre 15 y 20 personas y hablaban en portugués”, expresó en una entrevista concedida a radio Monumental 1080 AM.
Carlos se encontraba de forma ocasional a pocos metros del local asaltado, y entre las 02:40 y 03:30, vivió momentos de terror junto a un grupo de amigos con los que estaba festejando un cumpleaños.
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🔴 "Fue adrenalina pura": Testigo relata con detalles ataque tipo comando a sucursal de banco en Katueté
— Monumental AM 1080 (@AM_1080) October 30, 2025
🗣️ "Tengo una bala de 5.56, sin percutir, sería de un fusil. El frente del banco está destrozado, al costado hay un boquete, que creo que es producto de la explosión",… pic.twitter.com/lMjy4827eL
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La escena que describía el testigo, parecía sacada de la serie ADN del delito, que tuvo mucho éxito en la plataforma Netflix, pero, según Carlos, lo sucedido en Katueté supera cualquier relato de ficción.
“Una persona dirigía todo el operativo, y realizaron varios disparos al aire, parecía que estábamos en Año Nuevo; no hubo enfrentamiento con la Policía. Realizaron disparos al aire para evitar que los vecinos salgan y la Policía llegue”, siguió relatando.
Los asaltantes instalaron dos barreras, una tapando el camino que lleva a Saltos del Guairá y otra en la ruta que lleva a Ciudad del Este.
El testigo logró ver a uno de los integrantes de la banda en las afueras de la entidad bancaria, vigilando y preparado para actuar por si llegaba la Policía.
“Una persona manipulaba un dron que sobrevolaba la zona, yo creo que más bien mirando hacia ambos sectores si es que alguna patrullera se acercaba, trabajaban muy tranquilamente estas personas”, agregó.
Carlos describió que durante el atraco se escucharon dos fuertes explosiones y el resto fueron disparos de armas de grueso calibre.
“Tengo una bala de 5.56, sin percutir, sería de un fusil. El frente del banco está destrozado, al costado hay un boquete, que creo que es producto de la explosión”, contó.