13 oct. 2024

Sin medidas a tiempo, la crisis climática tendrá elevado costo

El cambio climático está afectando de manera significativa al Cono Sur, incluyendo a Paraguay, con diversas manifestaciones que varían según las características de cada país. Recientemente, se han visto inundaciones como las de Brasil, así como olas de calor y sequía en Paraguay, fenómenos que tienen efectos regionales y no solo en los países en particular. La actual situación de los ríos genera graves problemas para todos los países, por lo que es cada vez más importante tomar medidas conjuntas de mitigación y adaptación.

Las principales manifestaciones del cambio climático son el aumento de la temperatura, los cambios en los patrones de precipitaciones –sequías más prolongadas y lluvias intensas–, pérdida de la biodiversidad por la alteración de los ecosistemas naturales y amenazas a la flora y fauna, impactos en la agricultura y la seguridad alimentaria con la disminución de la productividad y la presencia de más plagas y enfermedades, el aumento de los incendios forestales y de la frecuencia de fenómenos climáticos extremos, olas de calor y tormentas.

Estas manifestaciones del cambio climático están afectando no solo al ambiente, sino también a la economía y a la población, que deberán adaptarse a estos cambios mediante políticas de mitigación y adaptación a largo plazo.

Los costos económicos son vastos y afectan múltiples sectores, tanto a corto como a largo plazo. Estos costos incluyen pérdidas directas e indirectas derivadas de fenómenos climáticos extremos, impactos en la productividad, en los sistemas de salud, en el empleo y en el gasto público relacionado con la adaptación y mitigación.

Un claro ejemplo del costo de la crisis climática es lo que se está teniendo a raíz de la reducción de los niveles de los ríos Paraguay y Paraná. Esto repercute negativamente en la economía del país, ya que la vía fluvial es la más importante para la entrada y salida de la importación y exportación de Paraguay. Pero también afecta a otros ámbitos, como los de los pescadores, la gastronomía y el turismo, ya que disminuye la cantidad de peces.

Un estudio realizado por el Ministerio de Hacienda y la Secretaría del Ambiente (SEAM), en 2010, con proyecciones hasta 2050, evaluó los impactos potenciales en el sector agrícola, el sector pecuario, la salud, los recursos hídricos y la biodiversidad.

En el caso de la agricultura empresarial, se registraría un periodo inicial de incrementos de la productividad para luego reducirse considerablemente, sobre todo en el caso de la soja. Por su parte, la agricultura familiar presentaría reducciones significativas de su productividad en todo el periodo de estudio. La reducción de la productividad propicia las condiciones para el cambio de tipo de producción y puede tener efectos sociales importantes, principalmente en el sector rural.

En el sector de la salud se observaría un efecto diferenciado entre los tipos de enfermedades, como el dengue, las enfermedades diarreicas agudas (EDA) y las infecciones respiratorias agudas (IRA). Los resultados revelan en casi todos los casos un repunte.

Como se puede ver, estos resultados podrían estar subvalorados, ya que no se consideró la pandemia del Covid-19 y el alto costo económico y humano que tuvo. La evidencia está mostrando el estrecho vínculo entre el aumento de diversas enfermedades y el daño al ambiente causado por los seres humanos.

En cuanto a los recursos hídricos, a nivel agregado en todo el territorio nacional, la disponibilidad del recurso no se vería afectada, pero sí de manera estacional y puntualmente en las regiones del Chaco Norte y Central. La combinación del incremento de temperatura con periodos de sequía más prolongados puede causar serios problemas. Esto que estamos viendo es consistente con el estudio realizado.

Como puede verse, hay costos en múltiples ámbitos, lo que obligará al Estado paraguayo a invertir recursos en una política que no estaba prevista y que probablemente afectará de manera significativa al financiamiento de otras políticas debido a los bajos niveles de inversión que ya tiene el país. Se vienen tiempos complejos, lo que exige un fuerte debate en torno a las políticas públicas.

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