La permanencia en el poder de Marito tiene muchos elementos, intereses, ecuaciones políticas, electorales y económicas que se unen en el espanto para sostener su inestable e incontrolable gobierno.
La sucesión presidencial es una de las trabas principales para alcanzar los difíciles 53 votos en Diputados para aprobar el impeachment, cuya sentencia definirá el Senado con 30 votos.
PODERES FÁCTICOS. El lunes, la Iglesia Católica envió a su obispo más popular, monseñor Ricardo Valenzuela, a visitar al vicepresidente Hugo Velázquez para dejar el mensaje claro. “No es momento de un juicio político” y ofreció ser un puente de diálogo. La peregrinación siguió el martes en el Senado, donde repitió el encargo.
Los empresarios se sumaron a la misma tesis de “respetar el orden constitucional”, al tiempo de exigir mayor compromiso al Gobierno para gestionar y responder los reclamos ciudadanos respecto a la ineficiente gestión sanitaria.
Ya el sábado 6, EEUU dio su apoyo al Gobierno, y aunque el texto en las redes de Joe Salazar fue bastante generalista, su presencia en la residencia presidencial delante de todos, con prensa incluida, fue el mensaje más claro. De hecho, lo entendieron muy bien en las carpas del cartismo. Saben que el futuro de su jefe está en manos externas.
MOVILIZACIÓN. Sin embargo, la temperatura en las calles no bajaba. Miles de jóvenes se manifestaban todas las noches, ya no solamente contra Mario Abdo, sino contra todos los colorados. El hashtag #ANRNuncaMás inundó las redes sociales. La marcha fue marcando itinerarios: Congreso, Mburuvicha Róga, la Junta de Gobierno y hasta la amurallada mansión de Horacio Cartes, quien hasta ese momento fogoneaba a través de sus medios de comunicación y sus operadores la crisis. Este hecho los puso en alerta y empezaron a bajar el tono del ataque. El discurso cartista entró en contradicciones: el apoyo a Mario Abdo empezaba a tener consecuencias, entonces encontraron el punto medio: que los cambios eran insuficientes y que no estaban satisfechos, pero que el juicio político era inviable. Aunque la cruz es muy pesada, Cartes mantiene su apoyo al presidente.
DIVISIÓN OPOSITORA. La movilización de los jóvenes abrió posibilidades a la oposición para impulsar la caída del gobierno, pero no acordaron una única hoja de ruta: el Frente Guasu planteó la doble acefalía (presidente y vicepresidente), presidencia interina de Cachito Salomón; otros “que se vayan todos” y elecciones generales (una salida fuera de la Constitución). Los liberales que fueron pioneros en plantear el tema, finalmente no presentaron aún el libelo acusatorio, lo cual es revelador. Sin el apoyo de Honor Colorado es absolutamente imposible un operativo exitoso. Se acusan de buscar sus propios beneficios, que unos quieren que se quede el vicepresidente Hugo Velázquez y otros Cachito Salomón. El cartismo no apoyará la destitución de Velázquez, porque no es administrador y no puede ser acusado por mal desempeño, pero especialmente porque, al decir de un legislador del sector, “no vamos a caer en el plan de la izquierda de posicionar a Salomón”.
LA ECUACIÓN ELECTORAL. Una de las poderosas razones para mantener a Marito es electoral. Los colorados no quieren ninguna crisis que ponga en peligro su supervivencia. Las municipales son en octubre, previas internas en junio. El otro cálculo más importante es arriesgar el cargo de vicepresidente. La Constitución establece elecciones nacionales para elegir vicepresidente si la vacancia se genera tres años antes de finalizar el mandato. Si se da en los dos últimos años, elige el Congreso. “Cualquier outsider con credibilidad apoyado por la oposición nos gana caminando”, evaluó un colorado.
LA ECUACIÓN VELÁZQUEZ. El vicepresidente de la República no estuvo el sábado 6 en la residencia presidencial, en uno de los momentos más frágiles de Marito. Apareció el martes, en Palacio, en la jura del ministro de Salud. Allí lanzó una flecha envenenada cuando se le preguntó sobre cambios pendientes: “Sería peor que haga los cambios por hacerlo y que finalmente vuelva a fracasar. Es importante que el presidente se tome el tiempo para evitar equivocarse en las personas que va a nombrar”. Fracaso y equivocación, mencionó.
Velázquez es probablemente uno de los políticos más hábiles de la ANR porque sabe articular lealtades. Fue el que trabó la reelección de Cartes en Diputados en el 2017 y ahora opera febril y subrepticiamente para evitar el plan de doble acefalía. Ya quebró el movimiento Añetete en Diputados y al bloque liberal, donde algunos ya no están convencidos de meterle en el combo del juicio político.
En los corrillos políticos se habla de un plan impactante. Que Velázquez, supuestamente, propuso a Cartes destituir a Marito en agosto y quedarse él dos años en el poder. ¿Qué gana Cartes? Con esta jugada, mucho. Ya no habrá elecciones vicepresidenciales, puede gestionar la presidencia del Senado para que uno de sus hombres quede en la línea de sucesión presidencial. Y lo más importante: Velázquez ya no podrá ser candidato presidencial y su candidato Santiago Peña tendrá el camino allanado para ganar en la ANR y superar las presidenciales con un partido unido.
NO VE, NO ESCUCHA. Marito navega cada vez más solo la tormenta cada vez más perfecta que lo acorrala y lo puede tumbar, no solo por las conspiraciones, sino por su propia incapacidad para leer las graves circunstancias políticas de las cuales depende su supervivencia. Empezando por los cambios en cámara lenta y las nuevas designaciones que no generan confianza y menos esperanza. Está jugando a los dados. Quienes lo apoyan están hartos de su soberbia, su aislamiento y su incapacidad de gestionar la crisis.
La crisis sanitaria entró en su etapa más horrorosa. La gente empieza a morir por falta de camas de terapia intensiva y las vacunas para la población ni siquiera tienen fecha de llegada.
Por ahora le salva el argumento de la no profundización de la crisis que sumará un cambio de gobierno, pero es casi un hecho que no aguantará otra crisis más profunda que viene en oleadas gigantescas.
Entonces, de nada servirán las ecuaciones políticas.