Según el pronunciamiento, los productores consideran que no existen aún “beneficios concretos, significativos y debidamente comprobados” que justifiquen la medida.
Señalan además que cualquier retroceso en el estatus sanitario alcanzado en las últimas décadas pondría en serio riesgo a la producción ganadera, que aporta el 12% del producto interno bruto (PIB) y representa el 14% de las exportaciones nacionales.
“Un brote de fiebre aftosa significaría no solo un golpe devastador para miles de productores, sino también para la estabilidad económica del país, el empleo rural y la confianza internacional en nuestra carne”, advierten en el comunicado.
La ARP resaltó la importancia de la histórica alianza público-privada en el ámbito de la sanidad animal, considerada un modelo reconocido a nivel mundial, y valoró la apertura del Gobierno Nacional para escuchar las posiciones del gremio, que desde 1885 representa a los productores ganaderos.
Al final del comunicado, las regionales reiteraron que cualquier decisión sobre suspender la vacunación debe basarse únicamente en un análisis técnico riguroso y en ventajas reales que compensen plenamente los riesgos.
“Mientras tales condiciones no estén presentes, es irresponsable siquiera considerar esa posibilidad”, afirmaron los representantes de las regionales durante una conferencia de prensa, realizada en el local de la ARP, de Mariano Roque Alonso.