Entre muchas de las peculiaridades que se pueden encontrar entre miles de feligreses, la solidaridad y el amor hacia los más necesitados no se hizo esperar en la capital espiritual del país.
La protagonista de esta historia es una mujer que vive en Alto Paraná y que decidió caminar desde San José Obrero para dar gracias a la Virgen azul por tantas bendiciones recibidas. Pero luego de rezar, esta devota mariana bajó hasta la explanada para acercarse a los más necesitados.
Doña Eulalia confesó no tener mucho dinero para ayudar a los feligreses que estaban apostados en el lugar, pero todo lo que tenía lo daba con alegría. “Les quiero ayudar, quiero aportar un granito de arena”, mencionó a Última Hora.
Comentó que lleva 10 años cumpliendo con esta tradición y reveló que fue la Virgen quien le hizo ver cómo ayudar a otros. “Me di cuenta que el dinero a ella no le servía, pero a mis prójimos sí", acotó.
Una acción digna de imitar. Sin querer, doña Eulalia ya contagió a otros miembros de su familia. Un ejemplo es su prima María Medina, quien también recorrió toda la explanada buscando a personas carenciadas para compartir con ellos algo de dinero.
La fiesta mariana que se festeja este viernes también fue una vitrina donde se pudo observar a ancianos, personas con discapacidad e indígenas en un completo estado de abandono.