05 ago. 2025

¡Que coman pasteles!

Nuestro país y la sucesión de sus desgobiernos nos tiene acostumbrados a la sorpresa constante: cuando pensamos que se llegó a un límite, la línea de lo posible se aleja un poco más para mostrarnos nuevas formas de representar lo insólito.

Esta vez, el director de Itaipú, Justo Zacarías, y su pareja, la diputada cartista Rocío Abed, ofrecieron una fastuosa fiesta de 15 años a su hija, donde cada botella de vino costaba más de G. 1.300.000.

No olvidemos que no ha pasado mucho tiempo desde que la diputada Rocío Abed apuntó a los medios de comunicación y a los “pseudodisidentes”, quienes, a su criterio, “venden crisis” y “que están mal porque el país no se está cayendo como quisieran”.

Durante su intervención, se enfocó en dos eventos y el movimiento comercial de Ciudad del Este para ilustrar que un “gigante está resurgiendo”.

“Hay medios que repiten todos los días que el Paraguay está mal, que estamos peor que nunca, que no hay futuro. […] Lo que ellos hacen es justamente esto: es distorsionar la verdad. Pero, como decían el colega Bocha y otros que me antecedieron en el uso de la palabra, y el querido colega Néstor Caballero: dato mata relato”, comenzó.

Así, citó la Expo de Mariano Roque Alonso, las compras en Ciudad del Este y un festival de café de 3.000 personas. “¿Eso es lo que hace la gente en un país quebrado? Salir a gastar en latte (de) vainilla y cheesecake. No, eso es lo que hace una sociedad que está viva, que se da los gustos, que apuesta por el trabajo, la cultura y el encuentro”, subrayó.

¿Dato mata relato? A través de la Encuesta Permanente de Hogares Continua, el Instituto Nacional de Estadística incorporó por primera –y única– vez la medición de inseguridad alimentaria en los hogares. Los resultados arrojan que entre julio de 2020 y julio de 2021, un 24,63% de los hogares experimentaron inseguridad alimentaria moderada, entendiendo por esto la dificultad en el acceso a alimentos, y la variedad y calidad de los alimentos consumidos.

Mientras tanto, Paraguay sigue alimentando a millones. Según datos del Banco Central del Paraguay (BCP), en el primer bimestre del año, las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, en su mayoría alimentos industrializados, alcanzaron los USD 655 millones, lo que representa un incremento del 9,9% en comparación con el mismo periodo de 2024. Paraguay exporta y puede alimentar a 70 millones de personas.

“Que coman pasteles”, la frase atribuida a María Antonieta ante el hambre del pueblo, parece resonar en la élite paraguaya, indiferente a las contradicciones de un país que exporta alimentos para millones mientras miles de familias luchan por poner un plato en la mesa.

La fastuosa fiesta de los Zacarías-Abed es un símbolo de la desconexión entre quienes gobiernan y la realidad que pretenden negar.

Realmente si, “dato mata relato”, pero cuando son contundentes: 1 de cada 4 hogares sufre inseguridad alimentaria, mientras el discurso oficial celebra “sociedades que se dan gustos” con cheesecakes y vinos de lujo. El “gigante que resucita” es, en verdad, un sistema que concentra beneficios en unos pocos y normaliza la desigualdad como si fuera progreso.

Paraguay no se cae, es cierto. Pero tampoco avanza para todos.

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