19 sept. 2025

Pobladores del Chaco siguen reclamando servicios eficientes

Las comunidades del Chaco continúan soportando el injusto abandono por parte del Estado. No solamente son ignorados sus reclamos por el Gobierno Central, sino también por gobernaciones y municipalidades. El principal motivo de demanda es el difícil acceso a servicios públicos eficientes, como es el derecho a agua potable y provisión de energía eléctrica; sin embargo, a estos se suman los pedidos constantes de mejores caminos y rutas de acceso en todo tiempo. La desidia y el abandono a la población del Chaco son inaceptables.

Una noticia publicada por este diario recientemente pone el acento en un tema fundamental y que tiene que ver con el mismo sistema democrático: la calidad de la representación política.

Relataba el artículo de ÚH que un grupo de vecinos de Bahía Negra, Alto Paraguay, lanzó una iniciativa para reparar las deterioradas calles de la localidad. La propuesta tiene objetivo de recaudar fondos para contratar maquinarias.

La idea que están desarrollando es interesante, el aporte voluntario es conocido popularmente como vaquita, con lo cual, cada vecino debe aportar entre G. 10.000 y G. 20.000 para cubrir el costo de unas cinco horas de alquiler de maquinaria que hará el arreglo de las calles principales.

Un vecino explicaba que la iniciativa pone de resalto la importancia de la autogestión y la solidaridad, y que esta campaña, al mismo tiempo que va a lograr el mejoramiento de la infraestructura urbana también fortalecerá el sentido de pertenencia y responsabilidad colectiva de los habitantes de Bahía Negra.

No caben dudas de que es importante promover el compromiso ciudadano con su ciudad y con el país. No obstante, resalta como telón de fondo la ineficaz gestión de las autoridades, tanto nacionales como locales. Y, en el caso de las comunidades chaqueñas, esta es una situación que se viene repitiendo desde hace décadas.

La precariedad de los caminos en el Alto Paraguay es una queja constante y es una situación que afecta gravemente la calidad de vida de los habitantes de la zona; y esta falta de infraestructura vial hace más complicado asimismo el acceso a los servicios básicos.

Es un hecho inaceptable que la autogestión y el trabajo comunitario deban resolver los problemas que el Gobierno debe resolver. Es también injustificable que, en pleno siglo XXI, una zona importante del país continúe aislada por falta de caminos.

Otro de los principales reclamos es el acceso al agua potable. Recordemos un estudio del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud, que señalaba que en esta zona los ríos Paraguay y Pilcomayo son los únicos cuerpos de agua que tienen agua todo el año, pues varios de los cauces y fuentes son de carácter temporal; y que la principal fuente de agua en esta región es subterránea, pero que la presencia de sales entre los sedimentos de la mayoría de los nacientes limita su utilización.

En tiempo de sequía, las comunidades del Chaco sufren cada año un auténtico viacrucis por la escasez de agua potable. Particularmente, las comunidades indígenas se ven irremediablemente obligadas a beber agua de tajamar, deben consumir un líquido turbio, filtrado precariamente y poco higiénico.

El acceso a la energía eléctrica es otro reclamo constante. Los pobladores del Chaco sufren los frecuentes cortes del suministro, y las caídas del servicio son parte ya de la rutina de sobrevivencia, y la baja tensión y los sucesivos cortes provocan daños a los electrodomésticos.

El Chaco es una de las zonas más abandonadas del país, sigue siendo probablemente la zona donde hay menos presencia del Estado y sus instituciones. La carencia no se limita a las vías de acceso y comunicación, sus calles y sus rutas sino también al acceso a los derechos básicos a la salud, la educación y la seguridad.

Urge que se implementen las políticas públicas necesarias para garantizar agua potable, energía eléctrica, caminos accesibles, salud y educación. Pero sobre todo, es necesario mejorar la gestión de las autoridades: el Gobierno central, los gobiernos locales, las Juntas de Saneamiento, las gobernaciones.

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