ITÁ CORÁ
Los pobladores de la zona sur del Ñeembucú resisten estoicamente la gran riada del río Paraná. La situación ya se torna dramática en todo el litoral, desde Cerrito hasta Paso de Patria. En Itá Corá, compañía de Mayor Martínez, la situación es de catástrofe ya que fueron inundadas 60 viviendas, al igual que en Fuerte Cué, Estero Punta y Curuzú Cuatiá donde totalizan 200 familias.
Para Vicente Mendoza, referente de los pescadores profesionales de Itá Corá, este fenómeno ya supera a la riada de 1998, lo que significa un golpe a toda la economía.
Dijo que ya se siente la presión del agua en varios sectores del poblado y es necesaria la asistencia de la Secretaría de Emergencia y la Gobernación de Ñeembucú.
Itá Corá tiene problemas de aislamiento, debido al corte total en su camino de acceso.
Refirió que el Gobierno nacional está ausente y que en este departamento “tenemos una gran pérdida”, aseguró.
Sostuvo el trabajador del río que es imposible pescar con el nivel que presenta el Paraná.
Los vecinos manifestaron que es escasa la ayuda del Gobierno. Ni con medicamentos cuenta el Centro de Salud y a ello se suma el cierre del puerto argentino de Itatî (Corrientes) donde mercan.
Regina Vega, una madre con sus cuatro hijos, desplazada por la creciente, clama por una mirada más efectiva de las autoridades. “Ñeembucú también existe”, dijo.
Este sitio turístico muy conocido por los amantes de la pesca soporta una de las peores inundaciones del Paraná. Toda la gran inversión en hotelería está seriamente afectada porque muchos están con el agua al techo.
Ariel Arce criticó a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas por las promesas incumplidas. El avance incontenible de esta gran inundación del río Paraná ya tiene categoría de “desastre” y urge mayor atención.