El colorido y atractivo desfile cívico, estudiantil, militar y policial, se llevó a cabo sobre la calle General Díaz de la capital guaireña, cuyo palco oficial fue montado frente al palacete municipal y contó con una masiva participación.
La apertura del desfile estuvo a cargo de la Municipalidad de Villarrica, seguido de los concejales municipales, la Gobernación del Guairá, dirección departamental de educación, supervisiones educativas, áreas técnicas, para luego dar paso a las distintas escuelas y colegios de la región, universidades, institutos, asociaciones, policías, militares y bomberos, entre otros.
Durante el desfile se pudo notar que la mayoría de las instituciones educativas portaban mensajes alusivos al aniversario de Villarrica, como también algunas pancartas religiosas y otras que buscan concienciar sobre la violencia contra los niños y niñas, como la del Colegio Don Bosco, que utilizó la frase “La primera felicidad de un niño es saber que es amado”.
El intendente de Villarrica, Magín Benítez, destacó la importancia de celebrar esta fecha que recuerda a la población que vivimos en democracia y que cada día estamos llamados a defender la soberanía.
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Por su parte, señaló que en coincidencia con los 455 años de Villarrica, la Cámara de Diputados declaró a esta ciudad como la Capital Nacional de la Cultura, sustentado por la copiosa documentación, y vivencias, registradas en el Libro “Fantástico Reencuentro Guaireño”, cuyo documento señala que con los datos obtenidos a través de este libro; se constituye suficiente justificativo para avalar este importante y trascendental pedido a los genuinos y legítimos representantes del pueblo guaireño.
Según los datos, Villarrica es una de las ciudades más antiguas del país, que ha sido fundada el 14 de mayo del año 1570 por el capitán español Ruy Díaz de Melgarejo, con el nombre de Villa Rica del Espíritu Santo. Su sitio original de fundación fue en la antigua región de Guayra, la que coincide con los actuales estados de San Pablo y Paraná.
Además, es el único pueblo subsistente de los que se establecieron en la provincia. Sus habitantes se vieron obligados a mudarse en 7 ocasiones, debido a las invasiones de los bandeirantes, pero también por problemas políticos y económicos, hasta que finalmente llegaron a establecerse definitivamente en su ubicación actual, por lo que se ganó el mote de ciudad Andariega y de ciudad del “revés”, por haber dado la vuelta a las señalizaciones de la época para despistar a los invasores.