03 dic. 2025

Muere a los 81 años Eduardo Arroyo, uno de los grandes artistas del siglo XX

El pintor y escultor figurativo Eduardo Arroyo, fallecido este domingo en Madrid a los 81 años, es uno de los artistas más relevantes del arte español del siglo XX y el gran exponente de la llamada “figuración narrativa”.

eduardo arroyo.jpg

Eduardo Arroyo en su casa, en Madrid, en febrero de 2018.

elpais.com.

Eduardo Arroyo (Madrid, 1937), uno de los grandes artistas del siglo XX, se exilió voluntariamente en París en 1958, donde permaneció hasta la llegada de la democracia a España a finales de los años setenta.

En la capital francesa comenzó su actividad como pintor, además de dedicarse al periodismo.

Artista autodidacta, pronto conectó con los círculos intelectuales y artísticos de vanguardia y desempeñó un importante papel dentro de los sectores progresistas de la cultura francesa.

En 1965 firmó, junto a Gilles Aillaud y Antonio Recalcati, el “Manifiesto Pictórico”, en reacción contra el informalismo de la época.

La exposición colectiva presentada ese año en la Galería Greuze de París con el título Vivir y dejar morir, o el fin trágico de Marcel Duchamp, fue un escándalo y un hito dentro de la figuración europea de los sesenta.

Como pintor, expuso regularmente en los principales centros artísticos de Europa y América. Sin embargo, en España fue prácticamente desconocido durante años.

Su primera exposición, en 1963, fue clausurada por la censura. Años después, al ser nombrado comisario de la Bienal de Valencia, fue detenido en esta ciudad española, y gracias a la presión internacional no ingresó en prisión, y solo fue expulsado del país.

Ya en democracia, en España realizó diversas muestras, como la antológica de 1982 en la Biblioteca Nacional de Madrid. Compaginó a lo largo de su carrera varias actividades artísticas, como la pintura, la escultura y la escenografía.

Entre sus trabajos de escenografía destacan Off limits, de Adamov (1969 y 1972); Wozzeck, de Alan Berg (1971); En la jungla de las ciudades, de Brech (1973), o La vida es sueño, de Calderón, por la que recibió el premio de Teatro El Espectador y la Crítica a la mejor escenografía en 1981.

Arroyo diseñó las escenografías de la obra Pálida madre, tierna hermana, de Jorge Semprúm, en el Festival de las Artes de Weimar (Alemania) de 1995. Realizó también la escenografía de la opera La casa de los muertos, del checo Leos Janeck, que inauguró los Festivales de Salzburgo (Austria).

Premio Nacional de Artes Plásticas 1982, era caballero de las Artes y de las Letras, nombrado por el Gobierno francés.

En 1991 expuso una serie de grabados dentro de la muestra El Prado visto por doce artistas contemporáneos. Otra importante exposición antológica que reunió en 1998 bajo el título Orgullo y pasión expuso en el Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid. En 2003, expuso en el Museo Ludwing de Arte Contemporáneo de Budapest 35 óleos de gran formato de los últimos veinticinco años.

Dos años después fue galardonado con el premio de la Fundación Simone et Cino del Duca-Instituto de Francia.

Arroyo no abandonó su vocación literaria y en 1874 publicó Treinta y cinco años después, denuncia contra el régimen franquista. En 1986 estrenó en Munich su primer drama, Bantam.

Su autobiografía, editada en Francia en 1989 bajo el título Sardines a l’ huile, significó un nuevo escándalo, tanto en Francia como en España, por las acusaciones contra personajes de la vida política y cultural de ambos países. En 1990 publicó la versión española del citado dietario Sardinas en aceite y en 2009 sacó su libro de memorias titulado, Minuta de un testamento.

Entre sus últimas exposiciones se encuentra la reunida en París en octubre de 2015, una muestra sobre sus mejores retratos de los últimos cincuenta años de su vida.

Sin alejarse de Francia, en junio de 2017 el artista figurativo mostró parte de su obra, un repaso de medio siglo dedicado a la pintura y la escultura.

Más contenido de esta sección
Un recorrido por las casas Bicentenario se propone este miércoles para celebrar a la guarania como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. La actividad es libre y gratuita.
“Este concierto en Madrid es el último de mi vida y por tanto el más importante. El que en unos años recordaré con más emoción”, ha dicho Joaquín Sabina este domingo ante 12.000 personas en el cierre de la gira ‘Hola y adiós’ que, según sus palabras, también ha sido su despedida de los escenarios.
La cantante colombiana Shakira agradeció en sus redes sociales a los 100.000 fans que fueron a verla a sus dos conciertos en Paraguay el último fin de semana, con fotografías de sus shows, entre las cuales mostró una artesanía nacional sobre ella y sus dos hijos.
El concierto de la cantante colombiana Shakira el pasado 28 y 29 de noviembre dejó a 100.000 fans con un recuerdo que atesorarán por el resto de su vida. Dos noches, un escenario y un show que compaginó tecnología, talento, creatividad y magia.
La Secretaría Nacional de Cultura (SNC) y la Unesco pactaron la revalorización del humilde barrio Chacarita, de Asunción, para fortalecer su desarrollo social al haber sido la cuna del género musical de la guarania, que forma parte de la identidad cultural del país y desde el 2024 es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La cantante colombiana Shakira volvió a pisar tierras guaraníes para entregarse de lleno al público paraguayo. Un primer encuentro estuvo marcado por la gran euforia de los fanáticos. La Nueva Olla hirvió con los aullidos de la manada de la artista.